Trasladan a una finca los dos perros y el gato «encerrados» en un piso de SPiSP

Los inquilinos de la vivienda de Sant Pere i Sant Pau, en el bloque Santiago, donde vecinos habían denunciado la presencia de dos perros y un gato en situación de «desatención» han trasladado los tres animales a una finca donde «estarán mejor». En un comunicado, la Asociación de Vecinos Sant Pere i Sant Pau apunta que, este lunes, en el transcurso de una reunión mantenida entre algunos de sus miembros, Mossos D'Esquadra, Guardia Urbana y la presidenta de la asociación animalista GaTvarres, tuvieron constancia que los inquilinos habían vuelto al piso y que estaban discutiendo con algunos vecinos que los estaban «increpando». Agentes de ambos cuerpos de seguridad pudieron acceder al interior del inmueble con la colaboración de los mismos inquilinos y «después de más temprano y media hablante con los dueños» de los animales y de haber «constatado» que tanto los dos perros como el gato «se encontraban en buen estado de salud y tenían sus papeles en orden», determinaron que se había tratado de un «problema puntual».

Tal como concreta el mismo comunicado, emitido a través de las redes sociales, «si bien es cierto que la familia hacía un tiempo que no vivía en el piso porque la propietaria había sido ingresada unos días en el hospital» también «aseguraban que su hija iba una hora al día para dar comida a los animales». Quejas vecinales por los ruidos que producían las mascotas, con todo, desembocaron en la decisión de que «desde aquella misma noche fueran trasladados a una masía de un familiar» y se está sopesando la acogida de uno de los perros, el más pequeño, o bien una adopción a través de GaTVarres. Veïns habían transmitido, este pasado domingo, su preocupación por el hecho de que «en el interior del piso había dos perros y un gato cerrados, solos y aullando» desde al menos una semana y pedían poder acceder en la vivienda con el fin de comprobar su estado y hacerse cargo. La Unidad de Mediación y Resolución de Conflictos de la Guardia Urbana de Tarragona mantiene abierto, con todo, un expediente de mediación por convivencia vecinal sobre este piso y está haciendo seguimiento del caso desde noviembre del 2016.