La pesadilla diaria de viajar en tren para las personas con movilidad reducida
Con la ampliación de los andenes los trenes nuevos serán accesibles, pero no así los habituales
«Espera, que seguro que se desplegará la rampa hasta tierra», le decía ayer por la mañana, un usuario no habitual del servicio de cercanías a su compañero, cuándo esperaban para subir al tren, ante el acceso para personas con movilidad reducida. No fue así, el convoy de la serie 449, el modelo más nuevo para servicios de media distancia de Renfe, está preparado para acceder cómodamente a los usuarios con silla de ruedas, pero en andenes adaptados a la altura estándar. La estación de Tarragona ciudad, no cumple todavía, después de medio año de obras, con ninguna de las condiciones para que una persona con silla o cochecito pueda acceder en condiciones dignas en el tren.
Entre Barcelona y Tarragona hay 100 kilómetros y alguna cosa más: 48 peldaños –24 de bajada al pasillo y 24 más de subida en el andén número 2– que para muchos usuarios se convierten en una auténtica pesadilla. La estación sigue sin contar todavía con los dos ascensores que tienen que comunicar los andenes. Eso precisamente lamentaban ayer por la mañana Laura Garau y Sonia Cabré, dos jóvenes tarraconenses que estudian en la ciudad Condal y que cada domingo se marchan con las maletas llenas a tope. «Nos quejamos de las escaleras y también de la altura de los trenes. Para subir y bajar no podemos hacerlo con la maleta, primero tienes que saltar al andén y después cogerla. Yo he visto a personas mayores pasarlo bastante mal», apuntaba Garau. Es el caso de la hermana de Anna Maria Baqué, que sufre artritis y tiene muchas dificultades a la hora de viajar en tren desde Tarragona. «Un día bajando, cayó al agujero que hay entre el tren y el andén. Por suerte la ayudaron rápido», explicaba Baqué.
Las obras de recrecimiento de los andenes, que subirán hasta los 68 centímetros desde la cota del raíl, harán accesibles los trenes nuevos como los de la serie 449, pero la problemática no quedará resuelta del todo, ya que los convoyes de la serie 448 –los antiguos–, que habitualmente realizan las rutas de la R-14, la R-15 y la R-16 entre la provincia y Barcelona, no están preparados para el acceso de personas con movilidad reducida, sea cuál sea el nivel del andén. No disponen de ninguna rampa, sólo tienen escaleras. Son trenes construidos entre 1986 y 1988 que necesitan una reforma en profundidad en, al menos, uno de los vagones, con el fin de reducir la altura de la planta. Renfe Operadora asegura a Diario Más que la compañía trabaja para ampliar la flota de convoyes accesibles y que los trenes de la serie 448 también se acabarán reformando: «Hay un plan concreto para hacer la flota de Renfe en Cataluña cien por cien accesible, eso quiere decir que todos los trenes que no están adaptados se reformarán», apuntaba a un portavoz, quien al mismo tiempo aseguró que la compañía invierte cada año 25 millones de euros en este proceso. «Anualmente reformamos una media de 25 trenes y ya tenemos un cincuenta por ciento de la flota accesible», explicó.