Diari Més

El Plan Parcial de la Budellera recibe un total de 37 alegaciones

El periodo para proponer modificaciones al proyecto, que ahora ha pasado en manos de la concejala Begoña Floria, finalizó el pasado 16 de febrero

Plano del proyecto del PP24 que marca las zonas verdes previstas en el nuevo barrio.

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El pasado 16 de febrero finalizó el periodo de alegaciones del Plan Parcial de la Budellera, con un total de 37 alegaciones, procedentes de entidades vecinales, plataformas ecologistas, afectados y, también, del grupo municipal de la CUP. Aunque el alcalde de la ciudad, Josep Fèlix Ballesteros, ya ha anunciado que el proyecto se volverá a someter a aprobación inicial después del informe de la Comissió d'Urbanisme, las entidades que han presentado alegaciones mantienen su posicionamiento hasta que se haga público el nuevo proyecto.

La Federació d'Associacions de Veïns de l'Àrea de Llevant, que ha sido la entidad que más contraria se ha mostrado en el PPU24, presentó, el pasado mes de noviembre, una serie de alegaciones, que recibían el apoyo de la Federació d'Associacions de Veïns de Tarragona y de la Plataforma Salvem la Platja Llarga. Según estas entidades, el Plan de la Budellera «no es viable ni sostenible». Los vecinos de Llevant reunieron un equipo de técnicos, formado por urbanistas, arquitectos e ingenieros, que estudió «punto por punto» toda la documentación correspondiente al plan. «Este plan no respeta ni da cumplimiento a determinados requerimientos establecidos del Plan General», explican desde la Federació.

El primer punto de las alegaciones presentadas por la entidad tiene que ver con la estrategia de desarrollo. Según el proyecto, el plan se urbanizará en una sola fase, por eso los vecinos piden que se desarrolle en cuatro polígonos o unidades. El Informe de la Comissió d'Urbanisme también apuntaba esta estrategia. Por otra parte, la entidad también pide que se lleve a cabo un plan especial por la Platja Llarga y su entorno, con el fin de garantizar la zona como un espacio natural, y que este plan incluya la carretera N-340 hasta la rotonda del Catllar, convirtiéndola en una vía urbana, con aparcamientos a ambos lados y carril bici hasta el centro de Tarragona.

Con respecto a la movilidad, el documento que contempla las alegaciones dice que «el plan complica mucho la movilidad en la zona, porque multiplica el número de desplazamientos y porque no aporta ninguna nueva infraestructura. Los vecinos también hablan del mediambiento, del impacto social, económico y visual y de la eficiencia energética. La pregunta que se hacen actualmente las entidades es en qué lugar quedarán estas alegaciones a partir de ahora.

Las alegaciones más políticas

En un principio, todo parecía indicar que los dos únicos grupos municipales que presentarían alegaciones serían ERC y la CUP. Finalmente, los independentistas decidieron no presentarlas, ya que su argumentario iba en la línea del del informe de la Comissió d'Urbanisme de la Generalitat. En cambio, la CUP sacó adelante las alegaciones. El primer punto del documento dice que «el plan cuenta con un déficit de consenso y participación en su elaboración y aprobación». La formación anticapitalista alega que el plan es contrario e «infringe» el principio de desarrollo urbanístico sostenible, que no dispone de estudio hidrológico y que es contrario a las políticas ambientales.

Otro cambio

La vinculación familiar y profesional del concejal de Urbanisme, Josep Maria Milà, con el proyecto de la Budellera, acabó con el traspaso del tema a la concejala Ivana Martínez. Pero la historia ha dado un giro sorprendente. Desde hace aproximadamente dos semanas, la portavoz del gobierno y concejala, Begoña Floria, se hace cargo del Plan de Budellera i Martínez se queda al margen. El traspaso de la competencia se llevará a cabo esta semana o la próxima.

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