Los Niños del Serrallo estrenan nueve local entre abrazos

Los Xiquets del Serrallo vuelven a la normalidad. Ayer tarde, los de la camisa azul abrieron, por primera vez –oficialmente–, las puertas del nuevo local de ensayo, situado en la entrada del barrio marinero. Seguramente, no estuvo tal como se esperaban, después del trágico accidente que tuvo lugar el sábado en el Tinglado número 4 del Moll de Costa, donde perdió la vida a un casteller de Gavà. Aun así, los ánimos estaban bien. De hecho, la intención del grupo era reencontrarse, unos en los otros, para contagiarse de energía y pasar página al trágico suceso. La ocasión se lo merecía: después de muchos años, los de la camisa azul estrenaban local. Los abrazos y muestras de ánimo protagonizaron una jornada que marcará el futuro de los Xiquets del Serrallo.

Cajas arriba y abajo, y documentos que valía la pena guardar y no perder. Mientras tanto, otros dirigían la escuela de castells, una manera de incorporar nuevos miembros del grupo. «La intención de la jornada de hoy –ayer para el lector– era encontrarnos y explicar de primera mano a todo el grupo qué pasó el sábado. Haremos terapia y nos daremos calor unos en los otros», explicaba el presidente de los Xiquets del Serrallo, Lluís Montfort, quién añade que «esta vez tan fuerte tiene que servir para unirnos todavía más como grupo. Eso nos marcará para siempre». Montfort reconoció que, después de tantos años, esperaba la entrada en el nuevo local de una manera diferente, pero aseguraba que «nos levantaremos todos juntos, como siempre hemos hecho». Ayer tarde, la policía sacó el precinto del Tinglado número 4 del Moll de Costa y, así, los castellers empezaron a hacer el traslado.

Una larga reivindicación

Por su parte, el cap de colla de los Xiquets del Serrallo, Xavier Bailach, definía la lucha para conseguir local como «las olas del mar», ya que hay habido de todo: reivindicaciones en procesiones de Santa Tecla, manifestaciones, camisetas pidiendo un espacio etc. Los Xiquets del Serrallo nacieron el año 1988 y, en 1995, el grupo estrenó un local social en el Barri del Port. Para ensayar, sin embargo, tenían que salir a la calle. Es por eso que, a partir del 2007, la entidad empezó su odisea para conseguir un local digno. «En este nuevo espacio podremos hacer castells y vida social. Volvemos a nuestro barrio, en el Serrallo», destacaba Bailach.

El nuevo local cuenta con una planta baja para ensayar, una habitación para los más pequeños, una gran sala de reuniones, donde se reunirá la junta y ensayarán las chirimías, vestuarios, lavabos y un espacio de relaciones sociales, más conocido como bar. Además, el espacio cuenta con una planta de superior, desde donde la técnica podrá dar las órdenes pertinentes.