La fiscalía mantiene los 20 años de prisión para Jaume Solsona y la defensa pide la absolución
El juicio queda visto para veredicto
Fiscalía y acusación particular mantienen la petición de 20 años de prisión para el único acusado del crimen de Montblanc, cometido en octubre del 2014. El fiscal considera probado que Jaume Solsona -que nunca ha reconocido los hechos- fue la última persona que estuvo con la víctima, Sara Lozano, y que ésta no bajó del vehículo del procesado dentro del núcleo de l'Espluga de Francolí, como argumentaba él en su declaración, sino que la llevó hasta un campo de almendros, la asfixió y quemó cuando todavía estaba viva y murió por un «choque térmico». En la exposición de las conclusiones finales, este jueves, el fiscal ha reprochado la «falta de solidez absoluta de la coartada del acusado» y que ocurre «un indicio más contra él». La acusación particular también pide la misma pena mientras que la defensa solicita la absolución. Ahora el juicio oral celebrado en la Audiencia de Tarragona queda visto para veredicto del jurado popular.
El jurado popular deliberará, a partir del lunes, si condena o absuelve a Jaume Solsona después de una docena de sesiones en la vista oral en la Audiencia. El acusado, que está en libertad provisional desde el julio pasado -al pagar una fianza de 30.000 euros-, se enfrenta a veinte años de prisión, la pena que piden fiscal y acusación particular. El fiscal Álvaro Mangas ha incluido unas modificaciones menores en sus conclusiones finales. Por una parte, que el acusado actuaba con las facultades cognitivas «levemente» afectadas por el alcohol -como atenuante- y, de la otra, que este se aprovechó del estado «casi comatoso» de Sara Lozano, también por la ingesta de alcohol -agravante.
La acusación particular ha pedido que, si subsidiariamente no concurre la alevosía, que se tenga en cuenta de abuso de superioridad y aprovechar la indefensión de la víctima, si bien fue un crimen «improvisado», se ha expuesto. Ambas partes coinciden en la poca consistencia de la coartada de Solsona en relación a la desaparición y muerte de Sara Lozano. El fiscal ha reprochado que el acusado haya dado varias respuestas sobre por qué Sara quiso bajar del vehículo de forma precipitada, en plena noche, y sin tener como volver hacia Montblanc. «Que si había quedado con alguien, que si quería sacar dinero de un cajero automático -cuándo no tiene tarjetas- (...) y después el acusado dice que eso sólo lo supone», ha resumido.
«Miente, nos ha mentido a todos porque tenía que poner una excusa para desvincularse de la muerte de Sara», ha lanzado. A partir de aquí, el fiscal ha destacado la importancia del conjunto de pruebas indirectas que lo señalan: desde que fue el último que estuvo con ella viva como el hecho de que el terreno donde apareció el cuerpo calcinado había sido de su familia. «La dejó tirada y no se preocupó más de ella», sostiene al fiscal. Objetos encontrados en el lugar del crimen -piezas de mecheros de la marca 'Buff', revistas locales y gasolina como combustible acelerando para hacer la hoguera y deshacerse del cuerpo y las pruebas- que también aparecieron al domicilio, almacén y huerto del acusado son indicios incriminatorios, para el fiscal.
El marco temporal también ha sido motivo de controversia. El fiscal ha reprochado que el acusado haya cambiado la franja horaria, como si él y la víctima se hubieran marchado una hora antes -a la 1:15h- de la discoteca Xenon con el objetivo de engrosar el margen temporal y poder sustentar que la víctima se encontrara con el autor del crimen, que es la hipótesis de la defensa. «Es radicalmente discordante», ha dicho el fiscal, el cual atribuye este cambio de la defensa a los horarios porque las antenas de telefonía aportaban una información que perjudicaba Solsona. «No nos hemos equivocado de autor. Ha sido el señor Solsona. No puede quedar impune», ha añadido el abogado de la acusación particular, Enrique Cancelo.
El abogado de la defensa, sin embargo, Antonio Mendía, ha insistido en que no hay ninguna prueba directa que incrimine a su cliente. «No hay ADN en ninguno de los múltiples indicios encontrados en el lugar de los hechos, no hay nada», ha remarcado. Si bien no quiere hablar de «conspiración», el abogado ha criticado que en la investigación no se haya estirado más el hilo de otras pruebas encontradas. Mendía se ha referido a la colilla, un prospecto de propaganda de un taller mecánico -editado el 23 de octubre, justo el día antes del crimen- y roderas de vehículos, encontrados en el lugar de los hechos. También ha recordado que la última comunicación telefónica de Sara con su padre, a las 2:26h, ella alegara que estaba «con unos amigos» -en plural.
«El escenario del crimen dice lo que dice», ha concluido Mendía. Por su parte, el acusado ha aprovechado el último turno de palabra y, con la misma actitud tranquila y confiada que ha conservado durante todo este juicio oral, ha valorado la tarea del jurado popular y de la jueza. «Manifiesto mi inocencia total y absoluta», ha sentenciado Solsona.