Multan con 100 euros a una violinista que tocaba en la calle August
El concejal de Cultura, Josep Maria Prats, asegura que con el nuevo mapa acústico se garantizará la convivencia entre músicos y vecinos
Lyubomira Stoycheva, violinista de profesión, fue sancionada con 100 euros de multa por dos agentes de la Guardia Urbana la semana pasada. La razón fue tocar un instrumento en la vía pública y, según la policía, para pedir dinero. Lyuba, nombre con el cual se identifica la violinista, reconoce que la ordenanza de convivencia ciudadana marca que, cualquier actuación musical necesita una autorización, «pero he pedido el permiso varias veces al Ayuntamiento y siempre me han dicho que no es legal tocar música en la calle», asegura Lyuba, quien añade que «no he visto nunca una ciudad que no dejen expresar el arte».
Stoycheva nació en Bulgaria y hace cuatro años que vive en Tarragona. «Desde el principio he tocado el violín, tanto en la calle como locales, conciertos solidarios o acontecimientos importantes. No pido dinero, pero si alguna persona que pasa le gusta como toco el violín y me quiere dejar algún euro no le diré que no. Es una manera de ganarse la vida», asegura Lyuba, quien añade que «en todas las ciudades donde he vivido hasta ahora, nunca se me había encontrado en una situación así». La violinista búlgara es muy conocida en la ciudad. Por norma general, se la puede encontrar a la calle August o al Conde de Ríos, de doce en dos del mediodía y de siete a nueve de la noche. «No son horas intempestivas», asegura.
La semana pasada, dos agentes de la Guardia Urbana se acercaron a ella y, como ya había hecho otras veces, le pidieron permiso. «Yo contesté que no tenía, que lo había pedido en muchas ocasiones y que siempre me dicen que no me lo pueden dar,» dice Lyuba. En aquel momento, siempre según la versión de la violinista, un hombre se acercó y pidió a la policía que dejara tranquila a la chica, que sólo «aporta alegría en la calle». Lyuba asegura que «que el hombre me defendiera, fue una provocación para los agentes que, finalmente, me multaron». Como anécdota, la multa decía que Lyuba tocaba el acordeón, en lugar del violín.
La protagonista asegura que «no volveré a arriesgarme y no tocaré más en la calle. Me dijeron que el próximo día que me vieran me treurien el violín», y añadió que «no quiero enfrentarme a la policía, sólo pido que se regule este aspecto, ya que hay un tipo de ocho legal. Pedimos que se realice de manera inmediata un mapa acústico de la ciudad».
Por su parte, el concejal de Cultura de l'Ajuntament, Josep Maria Prats, aseguró que «la publicación del mapa acústico es inminente, pero de momento la normativa es la que es. Los músicos tienen todo el derecho de ganarse la vida, pero se ha también se tiene que tener en cuenta el descanso de los vecinos. Con el mapa acústico garantizaremos una buena convivencia entre músicos y vecinos».