La estación de tren que la ciudad no construyó en la plaza Arce Ochotorena

El soterramiento del trazado ferroviario para mejorar la fachada marítima de Tarragona o la construcción de una estación central próxima al río Francolí, de la cual se habló mucho ya bien entrado este siglo, y la interconexión de los dos proyectos, son de aquellos temas que en la ciudad caen en saco roto y se olvidan con el paso de los años. Ya en 1883 el ingeniero Saturnino Bellido propuso, con una gran visión de futuro, que la joven estación del ferrocarril, construida veintisiete años antes, se trasladara a un espacio de huertas localizado donde hoy se encuentra la plaza Imperial Tarraco, para liberar, precisamente la fachada marítima.

El trazado de las vías diseñado por Bellido era muy parecido al de la actual A-7. Hace sólo diez años, en el 2007, el Gobierno de la Generalitat propuso suprimir el actual trazado por uno que discurriría por el centro de la ciudad, soterrado, y Tierras Cavadas, y que tendría la estación central en la plaza Imperial Tarraco. El proyecto se parecía mucho al propuesto por Bellido 124 años antes. De todo lo que se escribió y dijo no quedó nada. Incluso se llegó a cifrar la operación en 174 millones de euros y se anunció que la financiación iría a cargo de los gobiernos Central y de la Generalitat. La inversión tenía que hacerse en el periodo 2009-2013, por lo cual hoy la nueva estación y el nuevo trazado tendrían que ser una realidad. El proyecto de Saturnino Bellido tuvo una vigencia de casi cien años. La reserva de terrenos perduró hasta los años 60 con la llegada de nuevos planeamientos urbanísticos.

La estación del franquismo

Estas no han sido las únicas propuestas que se han presentado, incluso aprobado, en Tarragona, para cambiar la ubicación de la estación de ferrocarril. A inicios de la década de los años cincuenta del siglo pasado se acordó construir la nueva estación enfrente de la playa del Miracle y al lado del Anfiteatro, justo en la plaza Cardenal Arce Ochotorena. Con el paso del tiempo, una vez más se desestimó el proyecto aprobado y en el lugar que tenía que ocupar la estación se levantó un bloque de casas. En un boletín editado por el Ayuntamiento se recogía la información. En el texto puede leerse que «la nueva estación de viajeros» ya ha sido aprobada y «pronto se la verá alzarse delante de la Escuela Nacional de Magisterio».

La nueva estación tenía que tener cuatro andenes y su proximidad al Anfiteatro y al mar afectaban gravemente al monumento y a la playa. En este caso, afortunadamente el proyecto no prosperó. Parte del recinto de época romana habría desaparecido, entre otros motivos por los que uno de los accesos a la estación se hubiera hecho por un nuevo vial que pasaría junto a las gradas.