GaTvarres y los vecinos de la Floresta, enfrentados por una colonia de gatos
La asociación se ha visto obligada a retirar las casas de una colonia de gatos de un terreno que los vecinos han querido limpiar «para que los gatos no molesten al jugar a petanca»
Las casitas donde se refugia una colonia de gatos controlada por la asociación GaTvarres han tenido que ser cambiadas de lugar a raíz de una problemática con algunas miembros de la Asociación de Vecinos de la Floresta. La polémica se ha originado por las nuevas pistas de petanca que se han construido en un solar próximo a la carretera T-11 a iniciativa de un grupo de jubilados que quiere recuperar el club de petanca. Según Glòria Herrera, miembro de GaTvarres, los vecinos de la Floresta enviaron una excavadora para limpiar de hierbas el terreno y «destruir las casas donde se refugian los gatos de calle» ya que «no quieren que los gatos les molesten para jugar a petanca».
La problemática se inició hace unos días, cuando la encargada de alimentar la colonia de 15 gatos vio como una excavadora entraba en el terreno donde se encontraban las casitas de los animales «dispuesta a destruirlas». La miembro de GaTvarres impidió aquel día que eso sucediera interponiéndose delante de la máquina y diciendo al hombre que la conducía «que las casas de los gatos no se tocaban».
Pero finalmente no se ha podido evitar la limpieza del terreno y la consecuente retirada de las casas de los gatos, hechas con maderas y cartones. Siempre según palabras de Glòria Herrera, la Asociación de Vecinos de la Floresta se reunió para tratar los hechos ocurridos y votó en favor de la limpieza el solar. De esta manera, los responsables informaron el pasado jueves a la asociación de que el viernes por la mañana la máquina excavadora entraría a limpiar el terreno. Aunque el espacio es propiedad del Ayuntamiento, la asociación asegura haberse puesto en contacto con el consistorio, quien «no sabe nada, por lo cual no sabemos quién ha dado el permiso para que entre la excavadora».
Varios miembros de GaTvarres retiraron las casas de los gatos el jueves por la noche, antes de que se produjera la limpieza del terreno, a fin de que no se destruyeran y los animales pudieran seguir contando con su refugio. «No hay derecho, porque que los gatos hace mucho tiempo que vive allí y no los podemos sacar de su zona», afirma Herrera indignada con la situación. Las casas se han colocado en un terreno próximo, a 200 metros del anterior, de forma provisional hasta que la asociación animalista encuentre una solución definitiva a esta problemática.