La pasarela que unirá el Balcó y el Miracle empieza a modificar el paisaje

Las columnas que tienen que sujetar la pasarela que tiene que unir el Balcó del Mediterrani con la playa del Miracle y el paseo Marítim empiezan a modificar el paisaje de este entorno de la ciudad, además de la imprompta de la base de una de las rampas que forman parte del proyecto. La estructura que está en fase de construcción tendrá, una vez finalizada, cerca de 300 metros de longitud y tres de anchura, y sus diecisiete metros de altura permitirán superar el trazado de la línea férrea.

Las obras, ya visibles desde la Baixada del Toro y el Vial Bryant, las financia la Autoritat Portuària y están presupuestadas en más de 1,5 millones de euros más el correspondiente IVA. La previsión es que el proyecto haya finalizado la primavera del 2018 o en las primeras semanas del verano del próximo año, si se cumple el plazo de quince meses previsto en la licitación. La responsable de la ejecución de las obras es Vias i Construcciones.

La realización de la obra proyectada por la Autoritat Portuària acabará con un periodo de más de un siglo, desde que los tarraconenses empezaron a presentar proyectos para encontrar una vía rápida para acceder a la playa y a la zona portuaria desde el centro de la ciudad. El Balcó del Mediterrani se encuentra unos cuarenta metros por encima del nivel del mar y, desde la construcción del trazado del ferrocarril hace más de 150 años, ha habido el deseo de superar esta barrera física.

Los proyectos para unir el centro de Tarragona y el mar han sido muy diversos. Ya en los primeros años del siglo pasado ya se planteaban soluciones técnicas que no diferían de las propuestas este siglo XXI. Todos, hasta llegar al presentado por la Autoritat Portuària, cayeron en el olvido. La mayoría se situaban justo delante del Balcó del Mediterrani y no en el tramo final de la Baixada del Toro, como parece más lógico.

El año 1917, ahora hace un siglo, ya se presentó un proyecto que preveía la unión de las dos zonas de la ciudad con un ascensor. Ochenta y seis años después, el arquitecto Ricardo Bofill presentó un proyecto similar, vincular a la reforma de la Fachada Marítima, que también fue desestimado. Lo que ahora está en fase de construcción es, probablemente, lo más sencillo desde una interpretación técnica.