Quejas en la Parte Alta por|para el incumplimiento de la ordenanza de circulación
Según vecinos y comercios, no se cumple el horario de carga y descarga permitido ni las restricciones a vehículos no residentes
Vecinos y comercios de la Parte Alta critican el incumplimiento del Plan de Ordenación del Centro Histórico y Patrimonial de Tarragona. Aplicado a partir del año 2012, esta ordenanza buscaba reducir el tránsito rodado al interior del casco antiguo con el objetivo de mejorar la vida de los vecinos y de preservar el patrimonio. Cuatro años después de su entrada en vigor, sin embargo, han empezado las quejas. Estas, se centran en dos ámbitos concretos: el incumplimiento del horario de carga y descarga y la entrada de vehículos no residentes.
Tal como indica la normativa, los vehículos pueden entrar en la Parte Alta entre las ocho y las once de la mañana para cargar o descargar productos. Pero según informaba la propietaria de un comercio situado al principio de la Bajada de la Misericordia, «los repartidores vienen a descargar cuando quieren». Los trabajadores, a la hora de aparcar, «dejan las furgonetas encima de la acera para no impedir el paso a otros vehículos». Cuando sucede eso, «no se dan cuenta de que impiden el paso a las personas mayores del barrio que quieren pasar por aquí». La misma aseguraba que «durante el año pasado a los repartidores sí que cumplían la normativa», pero que durante los últimos meses, «llegan camionetas incluso por la tarde».
Una de las afectadas por el incumplimiento de la ordenanza es la Mari, una vecina del barrio. Según explicaba, «les dijeron que podrían estar aquí hasta las once, pero están hasta la una y nadie hace nada». Aseguraba que «más de una vez he visto como la Guardia Urbana pasaba al lado de los repartidores en horario no permitido y ni siquiera los avisaba». Para esta vecina, se trata de un problema fundamental que «hay» que «solucionar», porque según decía, «estamos continuamente mirando el tema del ruido y no miramos por los aparcamientos o por la circulación de vehículos».
Otra de las tiendas afectadas por el incumplimiento de los horarios es el Ale-Hop, franquicia situada al inicio de la Calle Major. Según explicaba una de sus trabajadoras, «nos afecta porque dejan las furgonetas justo al lado de los escaparates». Según subrayaba, «el horario se lo pasan por el forro, porque se tienen que marchar a las once y no lo hacen nunca».
«El Fòrum parece la Rambla»
La Plaza del Fòrum es otro de los puntos conflictivos. Aquí, sin embargo, al incumplimiento del horario de carga y descarga se le suma la entrada de vehículos no residentes, según expresaba una vecina y comerciante. «Teóricamente sólo podemos entrar vecinos y la carga y descarga es hasta las once, pero eso parece la Rambla», aseguraba. Su comercio, situado en la esquina de la plaza con la Calle Merceria, ve constantemente como furgonetas y vehículos atraviesan el Foro sin ninguna restricción. «Algún día habrá una desgracia», decía en referencia al paso de los vehículos combinado con el de los peatones.
El mismo problema lo denuncia Olga Pascual, propietaria del bar el Assaig. Según explicaba, «nosotros pedimos a los repartidores que no aparquen en la plaza porque creemos que no es el correcto». Según aseguraba, «muchas veces tenemos furgonetas en frente mismo del local y no podemos ver a los clientes que están sentados en la terraza, y eso nos incomoda muchísimo». Además, destacaba que, aparte de las camionetas, «muchos vehículos particulares pasan demasiado rápido por esta zona y más de una vez hemos tenido que apartar a un niño que estaba jugando porque que si no, lo atropellaba».
Por su parte, las asociaciones vecinales de la Parte Alta tienen puntos de vista muy diferentes respecto de esta realidad. Según el presidente de la Asociación de Vecinos de la Parte Alta, Manel Rovira, «estamos cansados de denunciar esta situación al Ayuntamiento». Aseguraba que «entran muchos vehículos, y los fines de semana la circulación se multiplica», y añadía que «nos dicen que lo tienen en mente pero nos van dando largas». El presidente de la Asociación de Vecinos de la Calle Mercería y alrededores, José López, quería evitar polémicas y expresaba que «nunca puede llover a gusto de todo el mundo». Bajo su punto de vista, «la circulación de los vehículos está bastante equilibrada».
Por último, el Ayuntamiento todavía no se ha pronunciado al respecto, como tampoco la Guardia Urbana. Según informaban a este medio, «hay que estudiarlo con calma para poder tomar decisiones»