La RSAT rechaza la càva metálica y pide una actuación más global

El rechazo generalizado de la càvea metálica que se ha proyectado instalar el Teatro romano de Tarraco y generar una actuación global en la Part Baixa de Tarragona, para remarcar también la importancia de los restos portuarios, son las conclusiones más significativas que ofreció el coloquio celebrado ayer en la sede de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT) e impulsado por esta institución. El hecho más notable fue la ausencia de representantes de las administraciones, que declinaron la invitación a asistir al debate, así como del arquitecto que ha redactado del proyecto de rehabilitación del Teatro, que también fue invitado por la RSAT.

La presidenta de la Arqueològica, Pilar Alió, se mostró satisfecha «por la respuesta de los socios y de personas que no pertenecen a la entidad», y dijo que «acepto –que las administraciones no asistieron– y las enviaremos un documento con las conclusiones, como así quedamos».

Xavier Allué, conductor del coloquio y miembro de la junta directiva de la RSAT, leyó, como ideario de la entidad, que «propugnamos que se complete la excavación, restauración e interpretación de todo el yacimiento en torno al Teatro, que se amplíe el área a estudiar hasta las Termas de la calle Sant Miquel y que se ofrezca la visión de que el puerto era, y sigue siendo, la gran puerta de la ciudad».

De las diversas intervenciones que se produjeron, se deduce que la gran estructura de hierro que se instalará en el interior del Teatro, para reproducir la càvea, no gusta ni es la mejor solución. Incluso se planteó una reproducción 3D. También se llegó a la conclusión de que hace falta profundizar en el conocimiento de los restos portuarios que conviven con las del Teatro e intentar excavar en zonas próximas «dónde seguro que hay más restos de época romana», dijo uno de los participantes.

El encuentro sirvió para evidenciar la necesidad de reforzar el muro que hay entre la calle Caputxins y la base del Teatro». Un arquitecto que edificó en la zona recordó que, en los años setenta, mientras se hacía un edificio, hubo corrimientos del suelo. El muro tiene una caída de diecisiete metros y, muy probablemente, está afectado por la presencia de la Cova Urbana, que contiene grandes bolsas de agua.

Jordi López, arqueólogo del ICAC (Institut Català d'Arqueologia Clásica) y miembro de la RSAT, comentó que «urbanísticamente, el proyecto –del Teatro–, nos parece perfecto que se haga, porque esta intervención puede ser una oportunidad de unir la Part Baixa con el centro de la ciudad». También comentó que «la intervención arqueológica es correcta y la restauración, que ha provocado discusión, tendría que ser lo más real posible». Añadió que «si el Teatro tenía tres càvees, se tienen que reproducir las tres y no sólo dos porque entonces se falsea la visión del monumento». López también se mostró partidario «de excavar en la calle Caputxins, donde hay restos de la suma càvea.»

Por su parte, Francesc Barriach, socio de la Arqueològica, propuso «excavar en las naves y solares vacíos que hay en la Part Baixa y, si hace falta, liberar a los propietarios de pagar los impuestos a cambio de permitir hacer excavaciones».

La demanda de hacer una intervención más generalizada en la Part Baixa y la concreción de una planificación a largo plazo fue otro de los aspectos abordados por parte de los cerca de cuarenta asistentes. Una de las personas presentes, Quim Castellví, se mostró convencido que «el proyecto se hace con buena voluntad, pero no está bien resuelto y se está cerrando en falso», por lo cual cree que «se puede hacer una chapuza que durará mucho tiempo». Otro de los presentes afirmó que «tenemos un no teatro, más que un teatro, porque quedan pocos restos, y, por lo tanto, se tendría que tener una visión más ancha y hacer un proyecto que tenga en cuenta los restos portuarios». Conjugar los restos del Teatro con las del puerto romano «daría más de sí», afirmó un arqueólogo presente en el coloquio.