Diari Més

«El cambio de nombre en el DNI es uno de los días más felices para los transexuales»

Nil Aragón ha culminado su proceso de cambio de sexo y celebra que, por fin, no tendrá que dar explicaciones añadidas al hacer trámites administrativos

El joven recibió el viernes su nuevo carnet de identidad.

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La Melània, con 27 años, se presentaba un día, a finales del 2015, a la consulta de su médico de familia para preguntarle qué tenía que hacer para iniciar el cambio de sexo. Nunca se había sentido una chica y, de hecho, con cinco años ya iba a la iglesia y encendía velas «para pedir ser un niño al día siguiente». Durante el 2016 siguió un proceso de hormonació que ha acabado culminado con su sueño: una prominente barba que ahora luce con mucho orgullo. El 2 de febrero de aquel año explicaba por primera vez en un medio de comunicación –en Diari Més- sus sensaciones en la etapa inicial del cambio. Desde entonces, se ha convertido en un referente para el colectivo transexual del territorio: en sus hombros se acumulan numerosas entrevistas en medios. «Yo tardé tanto en dar el paso porque no tenía información y no tenía referentes claros cerca», apuntaba ayer. Desde este último viernes, el Nil –su nombre femenino ha pasado a la historia– de l'Hospitalet del Infant está, por fin, a ojos de la administración pública, un hombre. Después de tres meses de trámites, ha recibido su nuevo DNI donde se puede leer bien claro que se llama Nil Manuel, acompañado de una «M» mayúscula en la casilla del sexo. «El viernes, día 7 de abril, lo sumo a la lista de los días más felices de mi vida. Cuando me lo dieron, a pesar de ser una cosa que parece tan simple, se me cortó la respiración», explica.

Su antiguo nombre, en los papeles

Hasta ahora, se oía plenamente un hombre sin embargo, a la hora de realizar gestiones administrativas, seguía pasando pequeños momentos de angustia: Tenía pendiente ir al banco a actualizar mi cuenta, pero prefería no ir para no tener que pasar el aprieto de dar explicaciones. De hecho, me dejaba muchas veces expresamente el DNI y prefería arriesgarme a qué me pusieran una multa para no llevarlo, si la policía me lo pedía». Con todo, asegura que, durante su tráfico físico, no ha tenido que sufrir preguntas impertinentes, «era más el miedo en los momentos previos, las películas que yo me montaba por lo que me podían decir».

Pero este aprieto ya se ha acabado. Hoy mismo inicia lo que él denomina «la ruta del bacalao» por los diferentes organismos oficiales, de cara a dejar patente de su nombre, y por fin, se apuntará a la autoescuela: «Como sabía que quedaba poco tiempo para recibir el documento, he preferido esperarme a tenerlo». Y este último sábado, organizó una gran fiesta para celebrarlo con todos sus amigos, de los cuales ha recibido un apoyo total.

En el 2017 está suponiendo para él, un avance continuo: en febrero se sometía a la mastectomía para extirparse los pechos y en estos momentos está realizando las pruebas preoperatorias para sacarse la matriz. «El hecho de que te saquen la matriz y las glándulas mamarias hace que tu cuerpo deje de generar estrógenos y hormonas femeninas y ya me han dicho que eso acelerará mi tratamiento», apunta el Nilo, que de segundo nombre ha escogido a Manuel, en honor a su abuelo materno «en lo que dicen que cada día me parezco más» y a su abuela paterna, Manuela.

El bus transfóbico de 'Hazte Oír’

Imposible no hablar durante la entrevista del bus contra las personas transexuales de la entidad ultracatólica Hazte Oír, de que ha sacudido el panorama mediático. Aragón, lejos de vivir con disgusto esta terrible campaña de «si naces hombre, eras hombre. Si eras mujer, seguirás siéndolo,» agradece la visibilidad que ha dado al colectivo.

«La respuesta de la sociedad ha sido muy positiva. Mucha gente se ha mostrado contraria y se ha visto que tenemos una sociedad muy tolerante y abierta», asegura. Con todo, Nil Manuel Aragón Sánchez seguirá luchando con entidades como Chrysallis –familias de menores transexuales– y la Fundación Daniela.

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