«El nuestro es un proyecto editorial con compromiso de kilómetro cero»
Este fin de semana se han presentado los títulos ‘Canción de cuna para un huracán y otros cuentos dormilonas’ y ‘Monos en la cara’
— Qué lleva a un hombre de teatro a hacer una editorial?
— Yo hablo de proyecto editorial, porque es un proyecto que siempre se está creando. La palabra «editorial» me parece muy grande, en cambio un «proyecto editorial» siempre está en construcción. ¿Qué me lleva? La pasión. Los libros son mi pasión. Es un proceso muy natural, siempre he sido lector de libros infantiles. Hay autores que me interesan mucho y me han marcado, como Gianni Rodari, Roald Dahl, Joana Raspall, Pere Calders y muchísimos otros... Después también hice la editorial porque las historias del teatro son efímeras, nacen y mueren, y así puedo dejar a un testimonio en forma de objeto. Soy de la opinión de que entre el mundo del teatro y el del álbum ilustrado hay muchas semejanzas.
— Tal como montó el proyecto parece que ganar dinero no fuera uno de sus objetivos. Edita pocos títulos, hace ediciones muy esmeradas, muy bien encuadernadas...
— I hechos aquí, que eso también es importante. Los imprimo aquí, está el compromiso de kilómetro cero porque pienso que es muy importante que no sólo las ideas surjan aquí, sino también las personas que las hacen, porque hablan de nuestro paisaje, de nuestra manera de entender el mundo. Trabajar con empresas del territorio era condición indispensable.
— También ha apostado mucho por el talento local.
— Sí, pero no por nada, es que los tenemos aquí cerca y son buenos. No tengo ningún problema con la gente de donde sea, pero no he tenido que ir a fuera.
— Haced libros que también gustan mucho a los adultos. ¿Teníais esta intención cuando arrancasteis?
— Sí. Aunque es peligroso, porque te puedes encontrar haciendo libros que interesen más a los adultos que a los niños... Pero nos esforzamos para que gusten a todos, a niños y adultos, y soy un gran defensor de la lectura compartida, el rato en que niño y adulto comparten un libro como quien comparte una comida.
— Cómo le gustan los libros para niños?
—Como a editor, me gusta que estén bien editados. Creo que eso también es una disciplina artística. También es verdad que tener un buen presupuesto no quiere decir que hagas un buen libro, y al revés. Pero creo que no hay una varita mágica, no tengo ni idea, de cómo tiene que ser un buen libro para niños, y esta es la gracia.
— No lo sabe pero os han dado un buen número de premios, como lo Sierra de Or...
— Sí, tenemos unos cuantos. Quizás porque somos muy pequeñines y hacemos muy poca producción, y esta producción es esperada. También porque amamos lo que hacemos, procuramos no hacerlo como churros, sino que trabajamos con procesos creativos un poco largos.
— I no os da miedo haceros grandes y acabar sometidos a las dinámicas de mercado que quizás son una traba para trabajar de esta manera?
—Hoy por hoy lo veo tan difícil... Cuándo empecé me dije: «El primer año hago uno. El segundo, dos. El tercero, tres...». Pero es prácticamente imposible hacerse grande, es muy difícil. Dicen que para ser editor tienes que tener un 50% de poeta y un 50% de empresario. Yo no sé lo que tengo de empresario, pero me parece que no es suficiente. Hay mucha oferta y poco circuito lector. Cuesta mucho que los libros se queden en la librería. Yo tengo que agradecer que en las del Campo de Tarragona y a muchas de Cataluña nos miman y nos tratan de manera especial.
— Cada vez que presentáis un libro haced una fiesta. ¿Es así como lo vivís en la editorial?
— Sí, los libros tienen que nacer y se tienen que presentar en sociedad. Pienso que también es una buena excusa juntarnos con los amigos, los familiares y los curiosos.