Las pescaderías del Mercat volverán a cerrar el sábado y no harán caso del Ayuntamiento
Están a la espera de recibir una respuesta, después de haber realizado una reunión ayer por la mañana en la cual expusieron su situación
Las pescaderías del Mercat Central de Tarragona volverán a cerrar este sábado por la tarde e incumplirán, por lo tanto, la normativa impuesta desde la empresa municipal que gestiona el Mercat, Espimsa. Ya hace algunas semanas que los comercios de pescado fresco cierran sus paradas antes del horario asignado, que va desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la noche. Los argumentos de las pescaderías para hacerlo son simples. En primer lugar y según dicen, el sábado por la tarde se vende poco pescado y, por lo tanto, todo el género que no vendieran lo tendrían que tirar en la basura porque no aguantaría fresco hasta el lunes (el domingo cierran). Y en segundo, defienden que tienen que descansar porque son negocios familiares que no permiten la contratación de más trabajadores sólo para un día.
Ayer por la mañana, según ha podido saber este medio, se celebró una reunión con los miembros de la gestora para intentar encontrar una solución. En este encuentro, las pescaderías expusieron su situación y sus argumentos, y dejaron claro que los comercios cerrarán cuando se acabe el pescado. Por su parte, los gestores no dieron respuesta inmediata. Por lo tanto, los trabajadores del sector quedan a la espera de que la presidenta de Espimsa, Elvira Ferrando, se pronuncie al respecto. Ayer tarde, horas después de la reunión, los ánimos en las pescaderías del nuevo Mercat estaban caldeados. No todos los comercios accedieron a hablar con este medio, porque según expresaban, «sólo queremos que se solucione la situación». Aquellos que sí que quisieron hacerlo, sin embargo, aseguraron que «estamos todas las pescaderías unidas por la misma causa. Hace mucho tiempo que esperábamos entrar en el nuevo Mercat, pasamos nueve años fuera, y sólo queremos que todo funcione como tiene que funcionar».
Maria Caparrosa, propietaria de la Peixateria Tinet, explicaba que «no entienden que el pescado no funciona como el resto de productos. Cuando se acaba el pescado tenemos» que «cerrar». Caparrós aseguraba que el sábado cerraremos, destacaba que «vamos todos a una» y dejaba claro que «lo que queremos es estar bien». Coincidía con ella Encarna, también propietaria de una pescadería. Según explicaba, «a la reunión hemos expuesto nuestra situación y nuestros argumentos». Aseguraba que «no sabemos cuándo tendremos una respuesta porque los de la gestora nos han dicho que lo tienen que hablar con Elvira Ferrando», pero ya avanzaba que «los sábados por la tarde no abriremos y los lunes habrá un servicio de mínimos para cumplir con la normativa impuesta desde Espimsa».
Otra pescadera, que no quiso dar su nombre, subrayaba que «el Ayuntamiento está jugando con el miedo y nosotros, de miedo, no tenemos». La misma declaraba que «sus argumentos porque abrimos los sábados por la tarde se basan en la competencia, pero no saben que la única competencia que tenemos, está en la primera planta del mercado». Además, expresaba que «no somos grandes empresas con un gran capital, somos negocios familiares con pocos trabajadores y tenemos que descansar, pero eso ellos parece que no lo entienden». En este sentido, un trabajador que también quiso mantener el anonimato, se posicionaba en contra de la normativa y alegaba que «el sábado por la tarde no podemos vender pescado porque se ha acabado todo el género y las barcas no salen al mar hasta el lunes». Según decía, «no tendríamos que abrir ni el sábado ni lunes. Toda la semana trabajando de mañana y tarde es muy cansado, nos pasamos aquí más de doce horas».
Los clientes, en contra de Espimsa
Los clientes más habituales de las pescaderías del Mercat tampoco entienden por qué el Ayuntamiento tiene que obligar los comercios de pescado fresco a abrir los sábados hasta las ocho de la noche. Alfredo Castan, por ejemplo, expresaba que, «si tanto les molesta, que vengan ellos a trabajar,», y aseguraba que «la competencia no es un problema porque quien quiera pescado fresco de verdad vendrá a comprarlo aquí y no en ningún otro lugar». Tampoco estaba de acuerdo Elena, que expresaba que «los sábados son un día muy pobre y no hay público suficiente. Además, tienen que descansar después de toda la semana».
El único cliente que se posicionaba más o menos a favor de la normativa era Eduard Mora, que alegaba que «cuanto más horas abran, más pescado se venderá», pero que a la vez se posicionaba «en contra» de que el Ayuntamiento tenga que asignar un horario obligatorio para los comercios.