«No me esperaba el trato de algunas personas a los recién llegados»
Sin embargo Maria Vives, de Erasmus en Suecia, se ha sentido bien acogida tanto «por la universidad, como por los compañeros y amigos de la residencia»
Maria Vives, joven estudiante de ADE de la UniversitatRovira iVirgili, está disfrutando de una estancia de movilidad Erasmus, durante este segundo cuatrimestre, enla Universidad de Trollhättan (Suecia). Le encanta viajar, aprender de diferentes culturas y vivir nuevas experiencias.
—¿Por qué motivos escogió Trollhättan para marcharse de Erasmus?
Principalmente, escogí este país porque siempre me han llamado la atención los países del norte de Europa como Suecia, Noruega o Islandia. Tanto su clima como las diferencias de cultura con los otros países de Europa. Encontré interesante, poder conocer una cultura tan desarrollada en educación y tantos otros aspectos como siempre nos han mostrado como es la sueca.
—¿Cuál fue su primera impresión del país al llegar?
Me pareció un país muy organizado e internacionalizado, ya que la gran mayoría de la gente tiene un gran dominio del inglés, y eso facilita mucho la adaptación a los recién llegados, que en este país son muchos.
—¿Cuáles son las principales diferencias entre Trollhättan y su casa?
El trato de la gente, la comida y los horarios de sol.
—¿Cómo se está viviendo la crisis en su país de residencia?
Suecia no se ve muy afectada por la crisis, destaca más como un país rico y del primer mundo, y así es como se ve en el día a día. Los precios son ligeramente más altos en algunas cosas como la alimentación, y mucho más altos en otros servicios como el transporte público.
—¿Cuáles son los lugares más característicos de la ciudad?
El más característico sería el río que divide la ciudad en dos. En segundo lugar, una cascada de agua que se puede ver cuando abren una presa de agua en los veranos. Es una zona muy bonita y agradable para vivir y para poder visitar.
—¿Qué destacaría del sistema universitario del país? ¿Las conductas son similares o diferentes de las del Estado español?
Destacaría la forma de impartir los seminarios, el hecho de hacer descansos cada 45 minutos a lo que ellos llaman Fika, o hacer críticas de los trabajos de los compañeros, entre otros. Y encuentro que las conductas son muy diferentes a las de España. La gran mayoría de los suecos tienen inculcado el hecho de estudiar como una cosa natural en su vida, todo al contrario de nuestro país, donde muchos de los estudiantes lo ven como una obligación.
—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso que no se hubiera imaginado nunca?
Quizás lo que más me ha sorprendido es el trato diferenciado hacia los recién llegados por parte de alguna gente. No me lo esperaba, ya que son un país con mucha inmigración y que ha acogido a muchos refugiados. Sin embargo, también me he sentido acogida por la universidad de destino y por todos los compañeros y amigos de la residencia.
—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?
Principalmente, la familia y amigos, pero también la comida y el clima de Tarragona.
—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?
Creo que los horarios de comida y cena serán un hábito que me costará dejar. Y la costumbre de quitarte los zapatos al entrar en casa de alguien, por la nieve y las piedras.