«Me llevaría el transporte en bici y el horario para cenar»

—¿Qué motivos la llevaron a marcharse a Copenhague?

—El año 2015 acabé la carrera de Nutrición Humana y Dietética que cursé en Tarragona. Hice un año de prácticas en Francia y el verano pasado decidí empezar un master. Apliqué en diferentes ciudades, entre ellas Copenhague, y me aceptaron. La opción de Copenhague ofrecía mejores facilidades y el reconocimiento posterior de haber experimentado una estancia en el extranjero. Es por eso que ahora estoy viviendo en Copenhague, cursando un master de dos años que acabaré en junio del 2018.

—¿Cuál fue su primera impresión al llegar?

—No había estado nunca antes en Dinamarca ni en ningún país nórdico, de forma que no tenía ninguna idea predeterminada. Sabía poca cosa sobre las costumbres y la gente danesa antes de llegar. La primera impresión fue buena, sobre todo por la gente que fue bastante acogedora. Sí que es cierto que el primer día llegué con dos maletas y bolsos de mano y no paró de llover a cántaros, haciendo que fuera bastante complicado llegar a la casa e instalarme.

—¿Le sorprendió el cambio?

—Ya que no sabía prácticamente nada de la vida danesa, no hubo ningún cambio con respecto a lo que me podía haber imaginado.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Copenhague y Tarragona?

—Una de las grandes diferencias entre Tarragona y Copenhague son los horarios diarios. ¡A las 11-12 del mediodía comen y cenan sobre las 17-18! Lo que me pregunto es como aguantan hasta el día siguiente sin comida desde las 18. No se los he preguntado nunca pero supongo que pican alguna cosa antes de ir a dormir. Un amigo mío me explicó que él trabaja hasta las 16-17, va al gimnasio una horeta, cena, y después va con los amigos. Muchos de los daneses que conozco (mis compañeros de clase tanto chicos como chicas) hacen mucho deporte, cada día.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de la ciudad?

—En Copenhague tienen la suerte de tener muchas zonas verdes en el centro de la ciudad. Uno de mis parques preferidos está donde se encuentra el Castillo de Rosenborg, antigua residencia de los reyes de Dinamarca convertido en atracción turística que alberga las joyas de la corona y colecciones de arte. Uno de los lugares más característicos está donde se encuentra La Sirenita, una estatua de bronce inspirada en el cuento de hadas del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen, uno de los más reconocidos. Si alguna vez visitáis Copenhague no podéis dejar de tomar un café al lado de los famosos lagos y no pasear por Nyhavn (Puerto Nou), un canal conocido por sus casas pintorescas.

—¿Cómo viven allí la crisis?

—El PIB de Dinamarca creció mucho durante los años pre-crisis y desde el 2008 se mantiene estable. A pesar de ser un país pequeño (5,6 millones de habitantes) tienen empresas líderes en diferente sectores como el farmacéutico, transporte marítimo y extracción de gas y petróleo. El sector público disfruta de buena salud gracias a las altas tasas impositivas (el mínimo IRPF es del 38%) pero que revierte en un Estado del bienestar inmejorable. Uno de los ejemplos más claros es la SU, un salario de 800 euros en el mes que recibe a cada estudiante universitario desde los 18 años.

–¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

—Me llevaría dos cosas: la primera es la bici como transporte; además, hace que hagas deporte sin darte cuenta de ello. Y segundo, los horarios. Como ya he comentado, cenan sobre las 18 horas, cosa que yo todavía no he sido capaz de conseguir pero lo que sí es cierto es que ceno mucho más bien que en Tarragona; sobre las 19.30-20. Eso ha hecho que no se me hagan pesados los además de ir a dormir más bien y levantarme antes al día siguiente.