Diari Més

La suspensión de las licencias en la Parte Alta «desvalora» el precio del alquiler de los locales

Los propietarios están «preocupados», han rebajado los precios hasta el 50% y han perdido oportunidades de negocio desde la aprobación de la medida, en diciembre

L'Ajuntament no donarà noves llicències fins que no revisi el POUM.

La suspensión de las licencias en la Parte Alta «desvalora» el precio del alquiler de los localesCristina Aguilar

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«Hace tres años, el alquiler de mi local era de 3.000 euros al mes. Ahora, he bajado hasta los 1.500 euros, y todavía estoy dispuesto a rebajarlo un poco más. En seis meses, desde que el Ayuntamiento aprobara la suspensión de concesión de licencias de restauración y ocio en la Parte Alta, he perdido tres oportunidades de negocio muy interesantes. Estoy muy preocupado». Este era el testigo de Jean Segovia, copropietario, junto con su madre, del local que hay en el número 4 de la calle Major. «Hace 23 años que lo tenemos, y siempre ha sido un local de restauración», explicaba Segovia.

Según detallaba, «hace un año y medio que no hay ningún negocio, y hace a uno que busco inquilino». El número 4 de la calle Major es un local con «tradición de restauración», en el cual ha habido una llesquería, una pizzería y un restaurante. Ni Segovia ni su madre, también propietaria, quieren cambiar esta línea, pero según decía, «al final no nos quedará más remedio que aceptar una de las ofertas en que nos llega casi cada día, y que quieren abrir un bazar o un locutorio». Aunque la demanda es muy alta, Segovia aseguraba que «tendremos que bajar más el precio porque las ofertas más interesantes son de restaurantes o locales de degustación, y el Ayuntamiento ha suspendido el libremente de licencias de este tipo».

La primera oferta «de calidad» que recibió Segovia planeaba abrir una heladería artesana. «Cuando nos reunimos con los técnicos de Urbanismo, parecía que tuvieran alergia en la Parte Alta», expresaba, y añadía que «nos preguntaron si sería una heladería con degustación, y evidentemente los dijimos que sí». «Automáticamente, descartaron nuestra propuesta», declaraba el propietario. Lo mismo pasó con la segunda de las propuestas que le llegaron. «Me llamaron porque querían abrir una charcutería con degustación. Tuvimos la reunión con los técnicos, y nos dijeron que no se podía abrir un local de estas características», explicaba.

Con la tercera propuesta, Segovia creyó posible conseguir una licencia. «Me proponían convertir el local en una tienda de comida pre guisado», decía. A la hora de presentar el proyecto a los técnicos, sin embargo, les preguntaron si la comida se cocinaría en el interior del local. «Cuando explicamos que sí, que evidentemente se cocinaría en el interior porque el local está preparado, nos dijeron que era imposible, porque entonces sería lo mismo que un restaurante,» narraba. La situación es, según Segovia, «muy preocupante». «Queremos que nos digan hacia dónde tenemos que ir, porque ahora mismo estamos muy descolocados», lamentaba.

La situación de Segovia se repite en otros locales de la calle Major. Pere Vergès, propietario del local situado en el número 11, expresaba que «no tiene sentido que no nos dejen poner los negocios que la gente pide y quiere». Aseguraba que la situación es «muy preocupante», que ha perdido «oportunidades muy buenas» y pedía que «el Ayuntamiento retire la moratoria de las licencias inmediatamente». La suspensión de las licencias tiene una duración de un año, y se aprobó de urgencia al Pleno Municipal del 23 de diciembre. El motivo de la misma fue la modificación del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) y era una de las peticiones de la plataforma Farts de Ruido.

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