Los vecinos de SPSP alertan de la peligrosidad de una masía abandonada
Está situada en la calle Miquel Servet, entran niños a jugar y se teme que caiga parte de la estructura
Los vecinos de la calle Miquel Servet de Sant Pere i Sant Pau están «preocupados» por el estado de una masía abandonada, situada en la zona boscosa que bordea la carretera en dirección els Pallaresos. Según explicaba Margarita Carrasco, vecina de los blocs Tarraco, «esta masía lleva cerca de cuatro años abandonada, desde que murieron los dos abuelos que vivían allí». Desde entonces, dice, «sabemos que la finca tiene un propietario, pero el estado de la zona es muy malo y la estructura de la casa es un peligro». Por este motivo, decía, «tenemos miedo de que se haga daño algún niño o adolescente, porque muchos entran para jugar o hacerse fotografías».
El acceso a la casa, tal como comprobó este medio, es muy sencillo. Un caminito de arena, que se abre paso entre la vegetación, llega hasta la calle Miquel Servet. «Nos da pena mucho ver este terreno así, porque antes estaba cuidado y era precioso», expresaba Carrasco, que añadía que «ahora ni siquiera podemos pasear los perros, porque la vegetación es frondosa y además hay mucha suciedad». Efectivamente, los alrededores de la casa están llenos de desechos, como por ejemplo colchones, televisiones y basura.
Por otra parte, la estructura de la casa es un «peligro». Aunque parte del tejado ya se ha hundido, todavía quedan de pie las paredes y un tejado de uralita, en que es tóxica y está en muy mal estado. «Hace unos días tuve que decir a un grupo de adolescentes que se dirigía en la casa que no entraran», aseguraba. Según decía, «en mí me es igual lo que hagan dentro, lo que me da miedo es que alguien se haga daño». Este mismo lunes, un niño de Vila-seca tuvo que ser trasladado a la UCI después de haber caído de un tejado de una fábrica, desde una altura de quince metros.
Otra de los miedos de los vecinos son las ratas y las serpientes que han aparecido en la zona. «Si no fuera por los gatos que hay por aquí, las tendríamos en medio de la calle», confesaba Carrasco. Por otra parte, también temen que la vegetación pueda quemarse. «Está todo muy seco y las hierbas llegan hasta la acera. Si algún coche aparca y tira una colilla, por ejemplo, todo se encendería a toda prisa», expresaba Carrasco, que informaba de que «el año pasado ya hubo un pequeño incendio, pero se apagó rápidamente».
Según dicta la normativa municipal, los solares vacíos tendrían que estar cerrados al público. Hoy por hoy, sin embargo, el Ayuntamiento todavía no se ha pronunciado al respecto, y este medio tampoco ha podido averiguar quién es el propietario.