La llegada y el horario de los marchantes en Corsini genera diversidad de opiniones
Las tiendas estarían satisfechas con el horario de mañana y tarde, pero los bares y las cafeterías creen que haría peligrar las terrazas
La llegada y el horario de los marchantes en la plaza Corsini genera diversidad de opiniones entre los comercios de la zona. La presidenta de Espimsa, Elvira Ferrando, aseguraba ayer a este medio que los marchantes del mercadet podrían abrir durante la mañana, pero también durante la tarde, cuando volvieran a la plaza Corsini. La petición la habrían realizado los mismos marchantes, dado que años atrás, cuando el mercadet todavía no se había desplazado a la Rambla, tenían la posibilidad de vender después de comer.
Mientras algunos propietarios de tiendas y bares de los alrededores de Corsini piensan que eso traerá gente y será positivo para dinamizar el espacio, otros opinan que con el horario de mañana habría bastante y que, en caso de que se quedaran por la tarde, les afectaría muchísimo por la desaparición de las terrazas en la plaza –ocupada, previsiblemente, por las paradas de los marchantes. Cristina Estrems y el Assunció Claramunt, de la tienda El negrito y la negrita, expresaban que «de entrada, todo tiene ventajas e inconvenientes». «Es cierto que con el horario de mañana y tarde vendría más gente, pero eso no nos asegura aumentar las ventas», decían. Por otra parte, Claramunt subrayaba que «lo más importante es que dejen espacio para que los niños puedan disfrutar de la plaza cuando salgan de la escuela». Por este motivo, confesaba que «con el horario de mañana, por mí habría bastante». Desde la zapatería Casas, de la calle Canyelles, las opiniones cambiaban. La encargada del establecimiento, Maite Anglés, aseguraba que «es muy bueno que abran mañana y tarde, porque eso traerá a más gente.» Sobre las afectaciones del mercadet a nivel de ventas, Inglés dejaba claro que «menos no venderemos, así que sean bienvenidos».
La misma añadía, además, que «desde que se ha retirado el entoldado, ya se nota una mayor afluencia de gente». Y de dos comercios con experiencia, en uno relativamente nuevo. La tienda T'agrada? se instaló en la calle Lleida cuando el entoldado todavía reinaba en Corsini. «Sólo puedo guiarme por lo que me dice la gente, porque yo no estaba hace diez años», confesaba la propietaria de la tienda, Sílvia Forcadell. Aunque admitía que con el horario de mañana y tarde «vendrá más gente», expresaba que «tampoco me gustaría un gran movimiento en la calle». Sin embargo, admitía que «cuanta más gente, más ventas».
La propietaria de la cafetería Croissant d'Or, Yolanda Rovira, manifestaba que «siempre que haya gente, es positivo para nosotros». La misma admitía, sin embargo, que «los problemas llegarán a la hora de organizar la terraza, porque todavía no sabemos qué tendremos» que «hacer».
En la misma posición se encuentran Israel y la Mari, propietarios de la Tarraco Taverna, ubicada en la calle Lleida. Según decían, «nadie se ha puesto en contacto con nosotros para explicarnos, aunque sea por encima, cómo quedarán los alrededores de la plaza y cuál será la distribución del mercadet». La llegada de los marchantes la ven como «muy positiva», porque «traerá gente a la zona, y eso siempre es bueno». La condición sería, sin embargo, que «no nos afecte en la terraza, porque entonces todos los bares y las cafeterías de la zona se verán muy perjudicados los martes y los jueves, ya que no podrán abrir ni durante la mañana ni por la tarde». Por otra parte, sobre la conversión parcial en zona de peatones de las calles Soler y Cervantes, ambos expresaban que «tendría que ser total, porque eso facilitaría la apertura de negocios», un hecho que ya ha sucedido en la calle Lleida.
Las obras para urbanizar la plaza Corsini se adjudicaron, desde el Ministerio de Fomento, el pasado 25 de mayo por un valor de 399.227,73 euros. La ejecución de las obras tiene un plan de dieciséis meses, pero el Ayuntamiento ha insistido en decir que será menos. De todos modos, los detalles de la llegada de los marchantes siguen siendo una incógnita. Habrá que esperar para saber como y donde se colocarán.