«El cáncer de piel es el más frecuente y está llegando a niveles epidémicos»
Tarragona se sumó a la campaña Euromelanoma para la detección del cáncer de piel, que se celebró el pasado viernes en toda Europa
—Qué incidencia tiene el cáncer de piel?
—Es el cáncer más frecuente en la raza humana, y está llegando a niveles epidémicos. Empezamos hablando del cáncer no melanoma, es decir, el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, que son los más frecuentes. El primero tiene una incidencia de 120 casos nuevos por cada 100.000 habitantes cada año; cada día que visitamos diagnosticamos, es el volumen mayor de nuestra actividad asistencial. Este carcinoma tiene muy buen pronóstico, porque es un tumor de crecimiento muy lento, que destruye localmente estructuras pero que case nunca hace metástasis. El carcinoma espinocelular tiene una incidencia de 42 nuevos casos por 100.000 habitantes al año. Este puede pasar en los ganglios y, más raramente, pero también sucede, a los órganos.
—¿Y el melanoma?
—En este caso la incidencia ha aumentado entre un 3% y un 7% en todo el mundo, y diagnosticamos 10 casos por cada 100.000 habitantes al año.
— ¿Qué señales de alarma nos tienen que hacer visitar al dermatólogo?
—En el caso del no melanoma, la señal puede ser una lesión persistente durante meses y que va creciendo. Se puede manifestar como una lesión sobre elevada, roja, a veces del color de la piel, que no es dolorosa pero que si pasa mucho tiempo se puede acabar ulcerando, es decir que hace una pequeña herida. También las manchas rojas de crecimiento progresivo, cicatrices inexplicables, úlceras que no cuidan...
—¿Y el melanoma cómo se manifiesta?
—El melanoma se tiene que diferenciar de las pecas, porque parece una peca pero en realidad es un tumor maligno. Hay unos criterios, que se pueden recordar como el ABCDE. Son lesiones asimétricas, es decir, que si las dividimos por la mitad, las dos partes no son iguales; de bordes irregulares; de más de un color, que puede ser negro, marrón oscuro, marrón claro, rojo o blanco; de un diámetro superior a 6 mm, aunque a veces pueden ser más pequeños; y en evolución, que cambian.
—¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir un cáncer de piel?
—Tener la piel clara, más de cincuenta nevus (pecas), haberse expuesto de forma crónica al sol, ya sea por motivos profesionales o lúdicos, utilizar cabinas de bronceado, haber sufrido quemaduras de primer grado, que es ponerse rojo y pelarse, o de segundo grado, con aparición de ampollas, estar inmunodeprimido, sobre todo si es por fármacos, trasplantados renales, hepáticos, etc., y tener antecedentes familiares de melanoma. El melanoma tiene mucha carga genética, y este es un factor que no se puede controlar.
—Entenendiendo que la prevención es clave. ¿Quétipo de protección solar tenemos que escoger y cómo nos lo tenemos que aplicar?
—Si tiene un índice de protección inferior a 30 no es útil. El mínimo tiene que ser 30, pero preferiblemente, 50. No nos lo tenemos que poner con el objetivo de ponernos morenos, porque ponernos morenos es un mecanismo de defensa de la piel ante la agresión que le produce el ultravioleta. A la hora de comprarlo, nos tenemos que fijar que en el envase diga que también nos protege del ultravioleta A. Lo indica con un UVA rodeado con una redonda. Con respecto a la aplicación, si escogemos el espray se recomienda que la primera aplicación sea en gel o loción, y después las reaplicaciones ya podemos hacer servir el espray, porque en este formato nunca se pone lo bastante bien. También hay que recordar que eso es para todo el mundo, porque a los hombres les cuesta bastante aplicárselo.
—¿Hay alguna parte del cuerpo que sea especialmente sensible?
—Debemose proteger todo el cuerpo, pero durante todo el año especialmente las zonas expuestas al sol que son la cara y las manos. Allí está donde vemos la queratosis actínica, la lesión premaligna que es nuestro caballo de batalla para prevenir el carcinoma espinocelular. Siempre lo vamos a buscar en la cara, las orejas y las manos, si los protegemos adecuadamente evitaremos tratamientos agresivos como la crioterapia o las cirugías.
—¿Qué es la queratosis actínica?
—Son manchitas rojas con una escamita encima que aparecen sobre todo a partir de los 50 años en las manos, la cara y las orejas. Si las tratamos, prevenimos que se acabe desarrollando un cáncer de piel, el carcinoma espinocelular. Un volumen muy grande de nuestro trabajo es tratar eso.
—¿Las cabinas de rayo UVA no son una alternativa a la exposición solar?
—Las cabinas de bronceado aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel, sobre todo si su uso se ha iniciado en la adolescencia. Hay que evitar que personas de menos de 20 años hagan uso de las cabinas. El nivel de radiación que podemos recibir en una cabina de bronceado puede ser hasta 10 veces superior a la de un día soleado en el Mediterráneo. Han sido catalogadas como agentes carcinogénicos por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer.
—¿El cáncer de piel no es un problema de las personas mayores?
—Nos encontramos con que cada vez aparece en edades más jóvenes. Antes era típico del anciano, y ahora lo vemos a partir de los 50 años, e incluso antes, cada vez más. Esto es debido sobre todo al mal uso de la exposición ultravioleta. El cáncer de piel tiene una latencia, entre la quemadura solar y la aparición de la lesión pueden pasar 20 o 30 años. Los de hace 20 años los vamos viendo ahora.
—¿Qué franja de edad es la más vulnerable?
—Los que más se tiene que proteger son los adolescentes. A los niños los cuidan los padres, y los adultos ya vigilan. Pienso que de los 14 a los 20 años es donde más tienen que incidir las campañas de prevención.
—¿Todo lo que ha explicado hasta ahora nos tendría que asustar?
—No, es importante enviar un mensaje no alarmista. La incidencia del cáncer de piel es muy alta, pero la mayor parte es curable. Gracias a la dermatoscopia la mayoría de melanomas que diagnosticamos están en una fase inicial, y los porcentajes de curación son muy altos. No hay que alarmar más de lo que ya se está. También hay que recordar que el dermatólogo es el especialista más indicado en su diagnóstico y tratamiento.
—¿En el que consiste la campaña Euromelanoma en que tuvo lugar el pasado viernes?
—Es la campaña europea más importante en la prevención de cáncer de piel. Participan 34 países, hasta ahora se han atendido 450.000 personas. Colaboran tanto centros sanitarios públicos como privados, dermatólogos que ofrecen tiempo de su consulta a hacer gratuitamente revisiones de la piel. El lema de este año ha estado 'Sólo tengo una piel, protégela del daño solar'.
—¿Para acabar, cuáles son las premisas que tienen que regir nuestra exposición al sol?
—Primero, que el bronceado no es sinónimo de salud ni de belleza. Segundo, que el Sol no sólo brilla en la playa: hay que protegerse para cualquier actividad al aire libre. Tercero, que las quemaduras solares en la infancia y la adolescencia son determinantes en el cáncer de piel a la edad adulta. Y para acabar, que los primeros veinte años es cuando más nos tenemos que proteger para evitar el cáncer de piel.