El límite de las terrazas en la plaza del Fòrum, un problema que no se soluciona
Aparece una pintada delante de un bar que, según algunos vecinos, «dificulta el paso de los peatones»
Las terrazas de la plaza del Fòrum de Tarragona y el espacio que tendrían que ocupar según la normativa municipal son una problemática que se arrastra desde hace meses. Este domingo pasado, sin embargo, alguien quiso ir más allá y pintó, en el suelo delante de un bar, una frase que decía: «Límite de la terraza. Respétalo». Debajo del escrito, había dibujada una línea que marca, teóricamente, el límite real de la terraza. Se borró al día siguiente, pero aunque no se sabe quién ha sido el culpable, algunas voces indican que fue «un vecino que se ha hartado de ver cómo la terraza llega hasta el otro lado de la calle y no deja pasar a nadie». Así lo expresaba el propietario de un bar próximo al lugar de los hechos y también vecino de la zona, Rafel Colomero. Según indicaba, «cuando empieza a llegar gente a la terraza de este bar y a la del lado, los dos añaden más mesas y sillas y llegan hasta el otro lado de la calle, impidiendo así el paso de sillas de ruedas o carros de bebés».
Colomero veía «normal» que los vecinos se enfaden, y avisaba que «si el Ayuntamiento no empieza a actuar de oficio, un buen día nos levantaremos y casi todos los bares de la plaza del Fòrum estarán marcados con pintura roja». En este sentido, el propietario del restaurante Ares manifestaba que «no sólo es un problema de este bar, sino que es un problema de toda la plaza». «A todos nos gusta ganarnos la vida con la terraza, pero si tienes un espacio de 20 metros, los tienes que cumplir. A todos nos gustaría tener una gran terraza, pero las cosas son como son», expresaba.
Por otra parte, criticaba que el consistorio «no hace lo que tiene que hacer». «No hace falta ni una nueva normativa, ni que se anulen las licencias, ni nada de nada. Lo que hace falta es que se cumpla la normativa vigente, que es lo que no se está haciendo», subrayaba Colomero. Según relataba, «cuando llegan los momentos de máxima afluencia de público, los bares sacan las sillas que tienen escondidas y añaden más mesas». Eso, que aseguraba que «también sucede en el centro de la plaza», provocará, según decía, «que acabemos de perder la Part Alta». Su deseo es que se cumplan las normas y que todo el mundo pueda hacer bien su trabajo. Conciliar el trabajo del sector de la hostelería con el descanso y la comodidad de los vecinos es su principal reclamo, y para que eso pase, decía, «la Guardia Urbana tiene que empezar a multar a todas aquellas personas que hagan las cosas mal».