La plaza Catalunya de SPiSP se convierte de nuevo en un 'campamento' de furgonetas
Algunos vecinos dicen que se lavan en una fuente pública y forman grupos de personas en la calle
La preocupación ha vuelto al barrio de Sant Pere i Sant Pau por un hecho que se repite y que, justo ahora hace un año, generó un fuerte malestar entre el colectivo de residentes de la zona afectada. Vecinos del entorno de la plaza de Catalunya y de varios bloques de viviendas, como el Sant Mateu y el Sant Marc, han asegurado que en los últimos días ha crecido, de manera considerable, el número de furgonetas aparcadas en la calle, donde duerme un grupo de personas que, según los denunciantes, son de nacionalidad rumana.
Una persona residente al barrio y que ha preferido conservar el anonimato manifestó el miércoles en esta redacción que «pasado un invierno donde sólo había dos o tres furgonetas, el número de estos vehículos ha crecido de forma considerable y ahora ya hay unas ocho». «Pensamos que este número puede crecer, si no se pone solución a esta situación», añadió.
Algunas furgonetas «son viejas y cutres, y en las mismas duermen familias con niños que, por la mañana, se lavan en una fuente que hay en la zona: hablamos de un grupo de entre veinte y treinta individuos». Según esta persona, «los vecinos pensamos que los usuarios de las furgonetas han convertido este espacio en un centro de negocios y, además, vacían los contenedores de ropa y hacen sus necesidades allí donde pueden, en cualquier lugar».
No es nuevo
El mes de julio del año pasado los vecinos ya denunciaron estos hechos a Diari Més y, unos días después, agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana se personaron en la plaza de Catalunya para comprobar la existencia de las furgonetas y hacer un control rutinario. Siempre según la versión facilitada por los vecinos, «las furgonetas y sus ocupantes han vuelto al barrio porque se ha relajado la vigilancia policial».
Con motivo de la denuncia pública que hicieron los vecinos hace un año incluso se aseguró que, como consecuencia de la situación generada, y la ocupación fraudulento de plazas de aparcamientos, algunas personas decidió marcharse del piso. Decisiones drásticas como éstas se produjeron cuando la presencia de las furgonetas ya hacía ocho meses que duraba. Ahora, temen que pueda aumentar la ocupación de viviendas. Sea como sea, los vecinos esperan que los cuerpos de seguridad vuelvan a hacer un control en el barrio y, concretamente en la plaza de Catalunya, «para poner una solución a este hecho lo más bien posible».