Diari Més

Veinte de los 65 bajos comerciales de la calle Unión están cerrados

Ha pasado de ser un importante eje de la ciudad a vivir un declive que preocupa a los profesionales

Mango i una oficina bancària també formen part dels baixos comercials tancats i barrats.

Veinte de los 65 bajos comerciales de la calle Unió están cerradosCedida

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La calle Unión ha pasado en pocos años de ser uno de los ejes comerciales de la ciudad aun escaparate que muestra la huella que ha dejado la crisis y, también, los cambios de hábitos de muchos compradores que optan por las grandes superficies. De los 65 bajos comerciales que hay, ayer eran 20 los que tenían la persiana bajada, entre otros, el local que albergó una marca como Mango. Los que todavía se mantienen abiertos, luchan por no tener que cerrar.

En la acera de la derecha, en dirección de la Mitja lluna en la Rambla Nova, se contabilizan 34 locales, de los cuales 25 están abiertos al público y 9 permanecen inactivos. En la de la izquierda, de los 31 bajos comerciales existentes, 20 están operativos y 11, más de la mitad, cerrados. El tramo que se encuentra en una situación más alarmante es el que discurre entre la Mitja Lluna y la calle Cervantes, donde se concentran 12 de los 20 establecimientos cerrados.

Una de las tiendas más antiguas de la calle, Les Mitges, abierta el año 1949, es de las pocas veteranas que resiste. Su propietario, Jordi Figueras, comentó a esta redacción que «el comentario general, el de los comerciantes y el del público, es que Unió está muriendo, y es una pena». Además, dijo que «no vamos bien si no hay una trama urbana consolidada comercialmente: nos duele que cierren tiendas, especialmente las más antiguas».

Figueras recordó que «hace unas semanas salió a la prensa una foto del alcalde, con unas grandes tijeras, en la inauguración de Primark, cuando tiendas como estas lo que hacen es desplazar el comercio a otras zonas». «Al final, las tiendas del centro estarán todas tapiadas o serán cafeterías», subrayó.

El expresidente de la FUBT (Federación Unión de Tenderos de Tarragona) indicó que «llevar cruceros a la ciudad es una buena idea, pero si los turistas dan una vuelta por Tarragona y lo encuentran todo medio cerrado, no damos una buena imagen». «Lo tenemos todo en contra y no podemos poner freno a la situación que hay, pero alguna cosa se tendría que hacer para potenciar más el comercio de proximidad de la ciudad», pidió Figueras.

El veterano tendero tarraconense remarcó que «no se puede ir a contracorriente, no se pueden frenar nuevas modalidades de ventas como la del comercio en línea, pero pienso que, a nivel de Ayuntamiento, tendrían que hacer alguna cosa». «En Girona, las calles del centro de la ciudad están muy animadas y tienen mucha vitalidad, cosa que no pasa en una calle tan céntrica como Unió», añadió.

Cinco propietarios en un año

Por su parte, Juan Carlos García, propietario de dos tiendas en la calle Unió y vicepresidente de la asociación comercial Vía T, explicó que «en un año, un bar ha cambiado de propietario en cinco ocasiones». Su experiencia lo dice todo de la evolución comercial de la calle. «En los últimos cuatro años he cerrado tres de las cinco tiendas que tenía en Unió», dijo, para añadir que «algunas tiendas han cerrado hace poco tiempo, un mes y medio, y hay un local que hace cinco años que espera a ser alquilado».

El declive comercial de Unió «empezó en torno al 2007 y coincidiendo con las obras del Mercado Central y, actualmente, no hay perspectivas que la situación mejore». García remarcó que «ahora, todo el esfuerzo que hace el Ayuntamiento va dirigido al Mercado Central, que tanto nos ha afectado, y se tendría que buscar una fórmula para intentar mejorar la situación en la calle Unió, pero también en otros de la zona de influencia del mercado como Reding y Governador González». «Han dejado morir una calle que, comercialmente, era lo mejor de Tarragona», recalcó.

Con independencia del factor crisis, Juan Carlos García opina que en la regresión comercial de Unión han afectado de manera negativa «medidas como los cambios de circulación o el hecho de que, antes, el Ayuntamiento hacía la vista grande y dejaba aparcar en doble fila y, así, la gente podía ir a comprar, o el hecho que haya contenedores de la basura mal ubicados». Este tendero propone «estudiar hacer una especie de carril–compra en lugar de tanta zona azul que aquí no funciona, teniendo en cuenta que esta va a favor del comercio porque, supuestamente, aumenta la rotación». García dijo, igualmente, que «el cierre del paso del ferrocarril de la plaza de los Carros, ha hecho que hecho que muchos coches bajen ahora para Pere Martell, lo cual también ha incidido».

Dues botigues tancades al costat del portal del número 31.

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