Antoni Miquel, el padre que lucha por impedir que la hija vuelva con «una madre que la maltrata»
Ha salido a la calle y ha iniciado una recogida de firmas para frenar el retorno de la niña a Chequia
Antoni Miquel saluda a unos cuantos peatones en la esquina entre la calle Canyelles y la Rambla Nova. Está de pie, al lado de una pancarta encabezada por una fotografía con su hija, y donde luce una frase de Mahatma Gandhi: «Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer». Debajo, un «no al maltrato infantil» precede una consigna clara: «Ayudad a la Maricel». Ella es su hija, que ahora tendrá que volver a Chequia con su madre a no ser que el juez cambie de opinión. «Después de un año viviendo en Tarragona, en paz y tranquilidad, la Justicia española quiere obligar a mi hija a volver a Chequia, donde fue maltratada físicamente y psicológicamente por su madre,» relata el texto serigrafiado en la pancarta.
El verano pasado, Antoni Miquel, que había conseguido la custodia compartida, fue a buscar a su hija en Chequia. Cuando llegó aquí, y después de «ratificar que había sufrido maltrato psicológico y físico allí», la inscribió en una escuela y empezó una nueva vida con ella. Desde entonces, ha participado en multitud de actividades lúdicas y culturales en la ciudad. «Nos conoce a muchísima gente porque hemos participado en Santa Tecla, al Carnaval, a las actividades de la escuela...», explicaba Miquel. Ahora, su madre ha puesto una demanda judicial para conseguir el retorno de su hija. «La estoy protegiendo de la vida de allí, ella no quiere marcharse, es feliz aquí», expresaba. Sin embargo, el juez no piensa lo mismo, y a la espera del recurso que ha interpuesto el padre, la Maricel tendrá que volver a Chequia.
«Lo primero que hice cuando me lo dijeron fue comunicarlo a mi círculo más íntimo. Después, hice la denuncia a las redes sociales. Más tarde, aparecí en la prensa. Y ahora, he decidido salir a la calle», explicaba. Ayer era el primer día que Antoni Miquel se colocaba en la esquina entre las calles Canyelles y Rambla Nova. «Tengo la intención de dar a conocer la realidad. Están obligándola a volver a Chequia cuando ella no quiere volver, y tengo la obligación de defenderla», subrayaba. Según aseguraba, «la gente reacciona solidarizándose con la causa», aunque reconocía que «no podré controlarlo, quizás a alguien no le sienta bien o no está de acuerdo, pero hoy por hoy todo va bien».
De las diez de la mañana a las doce del mediodía, Antoni Miquel llegará a este lugar de paso con su pancarta, su camiseta y las hojas para recoger firmas. «Mucha gente quiere firmar», aseguraba. Además, expresaba que todavía tenía tiempo para presentar la apelación a la sentencia del juez, y confiaba en que todo se podrá solucionar. Sobre el papel de su hija en esta movilización, Miquel dejaba claro que «está al día de todo» y subrayaba que «no tiene ningún trauma por ver su padre en la calle luchando por esta causa».
Desde que empezó el conflicto con su madre, ahora hace cinco años, la Maricel está al corriente de todo lo que ha ido pasando. Así lo aseguraba Antoni Miquel, que añadía que «eso ha provocado que la niña madurara a toda prisa y que tuviera claro lo que quiere, y lo que ella quiere es quedarse en Tarragona». «La niña estará tranquila y feliz hasta el día que salga la sentencia definitiva. Aquí está muy bien», expresaba. La respuesta de la ciudadanía ha estado, hasta el momento, positiva.
Antoni Miquel estará cada mañana en la esquina de la Rambla Nova con la calle Canyelles, y según aseguraba, «mucha gente me ha preguntado cuándo podrá venir a firmar a favor de mi custodia». No tiene una fecha definitiva para marcharse, porque según aseguraba Miquel, «no me marcharé de aquí hasta que no se haga justicia». La Maricel, por su parte, seguirá con su padre hasta que el juez diga lo contrario.