Orquestas: un sector todavía afectado por la crisis y por el intrusismo laboral

La crisis económica ha causado estragos en el conjunto de la sociedad, pero el mundo de la música es, con toda seguridad, uno de los que más ha sufrido y sigue sufriendo los efectos de la bajada económica. «Muchísima gente lo ha tenido que dejar porque no podía seguir ganándose la vida. Orquestas mayores y pequeñas han desaparecido con la crisis económica». Son las palabras del músico Juan Cárdaba, propietario de Lausel Music y vinculado a este mundo desde hace más de 30 años. Coincide con él el trompetista Xavier Torné, director artístico de la orquesta Melodia –una de las más antiguas de la demarcación–, quien asegura que «se ha desprestigiado la profesión y cada vez hay menos gente que apueste por la música en directo».

Cárdaba atribuye la crisis del sector a varios motivos. Por una parte, denuncia que «se ha rebajado el IVA para según qué espectáculos culturales, pero para las orquestas sigue siendo del 21%, y eso es demasiado». Además, subraya que «dentro del mundo hay gente que trabaja en negro y eso nos perjudica a los que queremos hacerlo todo bien, cumpliendo con la legalidad.» «Muchas veces me he encontrado con la negativa por parte del contratante cuando le he pedido que me haga una factura y pague el IVA. Se piensan que es beneficio para la orquesta, pero no es así, es un impuesto que hay que pagar», expresa.

Otro de los factores que está haciendo traquetear el mundo de las orquestas es el intrusismo laboral y la falta de ética por parte de los ayuntamientos y las asociaciones de vecinos o entidades. «Muchos pueblos o barrios tienen algún conocido que pincha música con dos altavoces y las orquestas se quedan en casa sin trabajo», subraya Cárdaba. En la misma línea se posiciona Torné, quien añade que «muchas veces, quién se encarga de organizar las fiestas, le es igual llevar música en directo o no». «La condición es que se celebre el acontecimiento y que suene música, tanto les da si es en directo o enlatada», sentencia.

Por otra parte, el director artístico de la orquesta Melodia, atribuye a un cambio generacional y social la bajada del sector. «En las verbenas cada vez hay menos gente que baile, sólo la que tiene más de cincuenta años,» asegura Torné. Por este motivo, dice, «muchos ayuntamientos prefieren contratar un pequeño grupo de versiones para que disfrute la juventud del pueblo y los de los pueblos del lado». «Proporcionalmente, muchas veces es más alto el precio de las orquestas que la gente que sale a bailar», declara.

Las perspectivas de futuro dentro del sector son francamente negativas. Al menos así lo asegura Torné, quien cree que el futuro de la orquesta Melodia «es del todo incierto». Cárdaba, por su parte, manifiesta que «hace falta un cambio» y «más medidas de control» para evitar el intrusismo laboral, por una parte, y las malas prácticas de la gente que trabaja en negro, de la otra. Además, Torné expresa que «las orquestas más mayores, las de primera división, también rebajan sus precios, de modo que el mercado queda descompensado».

La época estival es uno de los momentos más importantes para este sector. Durante los meses de verano, tendrían que facturar un porcentaje muy grande para poder sobrevivir el resto del año. Habrá que ver si lo consiguen.