Del Joan XXIII al barco Astral: el médico que lo dejó todo por los refugiados
Guillermo Cañardo forma parte de Proactiva Open Arms, ONG que salva vidas en el Mediterráneo
Guillermo Cañardo Cervera, de 44 años, es médico y un amante del mar y la natación. Después de ver un documental sobre la ONG Proactiva Open Arms (POA), dónde se mostraban imágenes de un naufragio en Lesbos (Grecia) y se entrevistaba al fundador de la organización, Òscar Camps, Cañardo decidió enviar un correo electrónico a la ONG porque «creía que podía aportar alguna cosa». Fue en febrero de 2016 cuando se embarcó por primera vez en un barco de rescate en Lesbos. Por el camino había dejado su trabajo como médico de Urgencias al Hospital Joan XXXIII de Tarragona. Pasó quince días en el mar y la experiencia le cambió la vida. Desde entonces, combina su tarea como voluntario con las guardias al servicio de Emergències Mèdiques de Catalunya, aunque como asegura, «dedico casi la totalidad de mi tiempo a salvar vidas en el Mediterráneo».
El mediterráneo central y las costas de Lesbos son las dos ubicaciones que centralizan las actuaciones de Open Arms. Su fuselaje estrella es el Astral, donde Cañardo ha pasado más de dos meses. «Me embarqué en el Astral el 28 de junio del año pasado y empezamos a trabajar en el norte de Libia, en el mediterráneo central. Hicimos dos meses y medio de una tirada y tenía las tareas de patrón de lancha, médico y socorrista,» relata. Volvió a España en octubre, cuando el barco se averió. No fue hasta diciembre cuando la ONG consiguió otro barco, mayor que el Astral y con capacidad para acoger a un número más elevado de pasajeros. «Hemos llegado a llevar a 400 personas que habrían muerto si no las hubiéramos visto», asegura Cañardo.
En el nuevo barco, Cañardo ejerce de cabeza de operaciones de rescate. «Monté el hospital y empecé a trabajar al cien por cien. Desde diciembre hasta ahora me paso quince días al mar y quince días a tierra», explica. A pesar de ser un voluntariado «exigente», tanto a nivel físico como psicológico, Cañardo asegura que todavía es capaz de seguir durando unos meses más. Los navegantes tienen apoyo psicológico «permanente». «Nos hacen un seguimiento para comprobar que no sufrimos estrés post traumático», detalla.
Hasta el momento, Cañardo y el resto del equipo han salvado 25.000 vidas. «Para un médico de urgencias eso es lo más gratificante que hay», declara, aunque reconoce que tiene que trabajar con «distancia» y «profesionalmente» para reducir al mínimo los efectos de la brutalidad con que trata. «Taparlo o mirar hacia otro lado no es la solución. Estamos ante la crisis humanitaria más grave en Europa desde la Segunda Guerra Mundial», reivindica.
Aunque el número de rescates en los últimos meses «ha disminuido», Cañardo recuerda que «pagar a Libia para que intercepte las barcas que salen de la costa no es la solución». Los guardacostas libios reciben, según explica Cañardo, formación por parte de Europa con el objetivo de parar las llegadas a la costa griega e italiana. «Tenemos testigos presenciales, personas que nos han explicado de primera mano en el barco, que en Libia se sufren agresiones, torturas y asesinatos de manera continuada, y que los campos de refugiados Libios son una auténtica prisión», asegura.
Guillermo Cañardo Cervera seguirá salvando vidas en el Mediterráneo hasta que la situación cambie o decida decir basta. Open Arms seguirá luchando contra la persecución burocrática y política para cumplir su tarea, ejecutada por personas como Cañardo. Porque como él mismo subraya, «las personas que salvamos son como nosotros, buena gente, huyen del horror y quieren crear una nueva vida en paz para ellos y sus familiares».