Cuatro empresas aspiran a construir en el antiguo cuartel de la Guardia Civil
El futuro inmueble que se levantará en López Peláez tendrá 30 viviendas, 27 plazas de aparcamiento, 31 trasteros y dos locales
Cuatro empresas han presentado ofertas para construir el edificio de viviendas que ocupará el solar que dejó libre el antiguo cuartel de la Guardia Civil, en la esquina de la calle López Peláez con Josepa Massanes. El antiguo cuartel de la Benemérita fue derribado en abril del pasado año. El departamento de Servicios Centrales, Economía y Hacienda del Ayuntamiento aprobó la semana pasada, de manera definitiva, el proyecto ejecutivo del edificio plurifamiliar que se levantará en esta zona del centro de Tarragona, junto al Colegio Saavedra.
En las próximas semanas se convocará la mesa de contratación y se procederá a la apertura de las plicas presentadas por las cuatro empresas, y se decidirá el nombre de la ganadora. La previsión del Ayuntamiento es que las obras se adjudiquen en el transcurso del mes de septiembre y el periodo estimado para ejecutar el proyecto constructivo es de un máximo de 18 meses. El inmueble de nueva planta dispondrá de 30 viviendas, 27 plazas de aparcamiento, 31 trasteros y dos locales.
Las nuevas viviendas tendrán entre 65 y 105 metros cuadrados, habrá de dos, tres y cuatro habitaciones y «serán de calidad y a precios asequibles», dijo en abril del año pasado el concejal de Urbanismo, Josep Maria Milà. El solar que resultó de la demolición del cuartel de la Guardia Civil ocupa una superficie de 1.842 metros cuadrados. La compra del terreno por parte del Ayuntamiento representó una inversión de 780.000 euros. El solar lleva vacío más de cinco años como resultado del traslado del cuartel en los alrededores del Parque del Francolí y junto a las dependencias de la Guardia Urbana.
Solar ocupado desde Tarraco
El espacio donde se tiene que construir el nuevo edificio estuvo ocupado en época romana. De hecho, la excavación arqueológica que se llevó a cabo entre finales del 2016 y principios del 2017 puso al descubierto restos de especial importancia. En el curso de la intervención afloraron muros de cierta potencia y varias dependencias de un inmueble de grandes dimensiones, además de unos entierros. El hallazgo más significativo constituyó en dos cabezas de mula, fechadas en los siglos I aC-I dC, los primeros de sus características encontrados en Hispania. Estos elementos decorativos formaron parte del soporte del respaldo de un triclinium. La estructura de estas camas era de madera y tenía dos respaldos en los extremos en forma de almohada ondulada, denominados fulcra.
La zona tuvo mucha actividad en el periodo romano, para encontrarse en la zona de influencia de la Vía Augusta y a pocos metros de distancia del corazón administrativo de Tarraco. Los restos que aparecieron han aportado información de la presencia de estancias similares en almacenes portuarios y otros, de menor tamaño, que podrían ser de una vivienda. Su construcción se puede fechar en la segunda mitad del siglo I dC.