Emprender es un talento escaso
El profesor de la URV Joan Ramon Alabart trabaja en la detección de los grandes talentos empresariales
5 de cada 1.000 personas tiene un potencial elevadísimo para crear grandes negocios. Estas personas con un elevado potencial emprendedor son más escasas incluso que las personas superdotadas, que se encuentran en la sociedad en una proporción de 20 por 1.000. Encontrar gente con este perfil es excepcional, pero es posible gracias a un instrumento diseñado en los Estados Unidos: el Builder Profile 10, un test desarrollado por la compañía americana Gallup.
Quien lo tiene en las manos en nuestra casa es Joan Ramon Alabart, profesor de la URV, director del MBA-URV, y Gallup-Certified Strengths Coach. Con esta herramienta, Alabart está en disposición de encontrar estos grandes talentos emprendedores que se agrupan en un perfil que Gallup denomina builders (constructores): «nos referimos a cualquier persona que construye, ya sea en una nueva organización, ya sea haciendo crecer una de ya existente, trabajando para alguna otra persona, tirando una nueva línea de productos o servicios. En definitiva, son personas que tienen una idea, la llevan al mercado y generan clientes que pagan por ella».
El Builder Profile 10 es un test diseñado para evaluar lo que Gallup considera que son los diez grandes talentos del emprendedor, y que se agrupan en las categorías de confianza, conocimiento, determinación, empoderamiento, independencia, relación, rentabilidad, riesgo, transformación y ventas. Esta herramienta, creada a los Estados Unidos, es fruto de un intenso trabajo de investigación, por el cual se ha estudiado, durante cinco años, una muestra de 4.000 emprendedores, y se les ha comparado con grupos de control, es decir, población general.
«Se trata de un cuestionario predictivo. Si una persona hace el test y obtiene un índice muy alto, de 66 en arriba, automáticamente se lo tendría que enviar a ‘La Masía’ de los emprendedores, porque tiene un potencial elevadísimo, un potencial de Messi. Aparte, 2 de cada 1.000 personas tienen una elevada capacidad para crear empresas de tamaño sustancial, serían los Piqué del equipo, cosa que tampoco está nada mal. Si por ejemplo aplicamos estas proporciones a la población de Reus, tendríamos que, estadísticamente, en la ciudad hay 340 grandes emprendedores y 1.360 personas que también pueden generar empresas de nivel. Si las identificamos e invertimos en ellas, tenemos probabilidades de generar una riqueza extraordinaria», señala Alabart.
Precisamente la inversión de los recursos es una de las cuestiones que, a opinión del profesor de la URV, habría que focalizar: «recursos tenemos, pero con la mejor intención se invierten indiscriminadamente en formar gente en emprendeduría, y eso es un despilfarro porque muchas de estas personas en realidad no tienen talento emprendedor. El mejor consejo que se les podría dar es que no se metan. Con eso no los estamos diciendo que no tengan talentos, sino que hace falta mirar cuáles son, y en qué pueden sobresalir».
Alabart explica también que es importante localizar a las personas con un alto talento emprendedor con el fin de hacer crecer su potencial, porque a menudo se encuentran en un entorno educativo que no está diseñado para dar respuesta a su talento y liderazgo, motivo por el cual hay muchas probabilidades que abandonen el sistema universitario: «cuando los identificamos tenemos que hacer acciones que los ayuden a entender que no son bichos raros, sino que tienen un gran talento, extremadamente interesante, y que no se tienen que desanimar, que potenciaremos sus talentos para que ocurran fortalezas».
En los Estados Unidos algunas universidades han empezado muy fuerte en la búsqueda de estos grandes talentos emprendedores. El cuestionario se puede pasar ya a los catorce años, y lo deseable sería, según Joan Ramon Alabart, poder crear, siguiendo un símil deportivo, unas ‘Masías’, e invertir recursos en ellos, «porque de esta manera tenemos muchas posibilidades de que creen y hagan crecer negocios que, con el tiempo, acaben siendo muy grandes.
Estas personas son unos grandes generadores de empleo de calidad. La inversión en la emprendeduría se tendría que hacer más como un láser, apuntando allí donde hay más probabilidades de conseguir el máximo rendimiento».