«El parking de Sescelades seguirá siendo un descampado hasta que tengamos presupuesto»

Los parkings de arena de Sescelades seguirán siendo un descampado hasta que la Universidad Rovira i Virgili no tenga presupuesto para arreglarlos. Así lo aseguraba el Delegado del Rector de Organización y Recursos de la URV, Xavier Farriol. Si bien es cierto que esta semana se harán una serie de actuaciones «pequeñas» para que «sean practicables», los aparcamientos que rodean el Campus Sescelades se mantendrán tal y como están.

El que más críticas genera es el ubicado en la calle Joaquín Donato, al lado de las facultades de Química, Psicología y Educación. Hoyos, masificación y presencia de piedras son los factores que más enfadan a los usuarios, mayoritariamente estudiantes de estas tres facultades. Esta semana, las piedras y los hoyos se eliminarán. Según informaba el delegado del rector, las actuaciones se tendrían que haber llevado a cabo el pasado viernes, «pero por culpa de las lluvias lo aplazamos».

La palabra «pavimentación» no entra en los planes del Rectorado, y Farriol reiteraba que «si tuviéramos los presupuestos del año 2008, ya habríamos arreglado el parking». Hoy por hoy, sin embargo, «no es una prioridad». «Queremos facilitar que la gente aparque, pero en las condiciones de descampado. No es un parking», subrayaba Farriol.

El aparcamiento de arena de la calle Joaquín Donato lo alquiló la URV para «facilitar la circulación de vehículos». Ahora ya es propiedad de la universidad, pero tal como manifestaba Farriol, «se eliminarán riesgos si aparecen, pero se tendría que urbanizar esta zona, y eso requiere de una planificación y de un dinero que no tenemos». «No habrá inversiones significativas», acababa diciendo. Con todo, el Delegado del Rector recomendaba a los estudiantes ir caminando o en transporte público al Campus para evitar problemas.

Por su parte, la Asamblea de Educación y Psicología de la URV, criticaba la «poca palabra» del Rectorado respecto de este equipamiento. «El año pasado nos prometieron reiteradas veces que harían algo para mejorar la situación, pero nunca llegaron las actuaciones», expresaba uno de los miembros de la organización, Roger Gonzàlez. El mismo recordaba que el curso pasado, después de las lluvias de la primavera, el parking era casi «inaccesible». Con respecto a la posibilidad de llegar a la facultad en transporte público, Gonzàlez respondía al Delegado del Rector que «las comunicaciones con el centro de Tarragona son malas y los autobuses muchas veces van llenos hasta arriba, y que no hay una tarifa especial para estudiantes desde otras ciudades y pueblos del Camp de Tarragona».

La mejora del parking, sin embargo, no es la única reclamación de la asamblea. «Tenemos una facultad vieja con unas aulas que se tendrían que reformar», subrayaba Gonzàlez. En este sentido, el miembro de la organización informaba de que «desde el Rectorado nos dijeron que el tema de las aulas estaba bastante adelantado». La Asamblea realizará las primeras reuniones del curso esta semana, a la espera de poder ver si llegan las soluciones reclamadas.