El parking de zona naranja del cementerio tendrá 250 plazas más de lo que se preveía
El equipamiento se tenía que terminar antes de acabar el verano, pero finalmente será una realidad el primer trimestre de 2018, según apuntaba el consistorio
El parking disuasivo del cementerio, que se convertirá en zona naranja cuando esté asfaltado, tendrá 250 plazas más de lo que estaba previsto. En un principio, la concejalía de Movilidad había comunicado que este equipamiento tendría capacidad para 280 vehículos, pero ahora tendrá para 450, aproximadamente. Este aumento se debe a la adquisición de más terreno por parte del consistorio, un hecho que ha duplicado las plazas de aparcamiento pero que también ha retrasado la ejecución de las obras.
El concejal de Mobilitat de l'Ajuntament de Tarragona, Josep Acero, apuntaba que el equipamiento estará en pleno funcionamiento el primer trimestre de 2018. Al principio, cuando se había proyectado un aparcamiento para 200 vehículos, el mismo Acero había comunicado a este medio que el parking estaría acabado a finales del verano. Según explicaba el mismo, sin embargo, el terreno que hay que asfaltar y arreglar es bastante mayor de lo que hace unos meses. Por este motivo, y tal como declaraba el gerente de Aparcamientos Municipales de Tarragona, Sergio Arts, «en estos momentos estamos licitando de urgencia todas las actuaciones para poder empezar las obras lo mejor posible». Hay que recordar que Acero calificó las actuaciones de «sencillas». «Las obras no son difíciles, el terreno está preparado para ser así y sólo haría falta asfaltar, pintar y arreglarlo un poco», dijo el concejal el mes de mayo.
Según explicaba Arts hace unos meses, esta actuación entra en el Pla de Mobilitat porque era una «reivindicación» que se había hecho desde la concejalía de Turismo. Con el arreglo del parking, actualmente de arena, se conseguirá crear también una zona de aparcamiento para autobuses. «Zonas como el paseo de Sant Antoni o la parte superior de la avenida Cataluña –espacios donde habitualmente estacionan estos vehículos– quedarán descongestionadas, porque hasta ahora los autobuses no tenían donde ir,» decía Arts. Acero subrayaba, pero que los aparcamientos para autobuses están pensados por aquellos que vengan a «pasar el día», que en ningún caso pernoctarían y que «pagarán tal como hacen los coches».
Otra de las novedades será la creación de una zona especial, de carga y descarga o para estacionamientos de urgencia, pensada por aquellos vehículos que vayan a un entierro. «Hasta ahora, muchas personas me habían comunicado que iban a un entierro y no podían aparcar, y eso no puede ser», expresaba Acero. El mismo apuntaba, sin embargo, que «los ciudadanos tendrán que respetarlo, porque en caso contrario no tendrá ningún sentido crear esta zona».
Hay que recordar que en la zona naranja los vehículos pagan el precio de un euro para estacionar durante todo el día. En la ciudad, ya hay aparcamientos disuasivos al lado de la Tabacalera o delante del Colegio Sant Pau. Ciutadans criticó la decisión de crear este aparcamiento porque «el centro se quedará sin aparcamiento gratuito», y manifestó su contrariedad con la «política recaudatoria del equipo de gobierno en relación en el aparcamiento».