La Guardia Urbana de Tarragona cambia de lugar las urnas guardadas en una nave
El Ayuntamiento no había cedido las urnas, pero la Guardia Urbana ha obedecido las órdenes de la Fiscalía
La Guardia Urbana de Tarragona decidió ayer llevarse a un nuevo lugar las urnas del Ayuntamiento de Tarragona, que estaban guardadas en una nave del polígono Francolí. Un camión de la brigada municipal se las llevó en otro espacio, con el objetivo que no puedan ser utilizadas en las votaciones del referéndum del próximo domingo. La Fiscalía General de Cataluña ordenó que se custodien todas las urnas, y la Guardia Urbana se limitó a seguir estas indicaciones, aunque no está previsto que estas urnas tengan como destino los colegios y dependencias donde podrán ir los ciudadanos que quieran participar en la consulta. Ahora mismo es una incógnita la ubicación de las urnas que la Generalitat pondrá a disposición de los tarraconenses que hayan decidido participar en el referéndum.
Aunque el Ayuntamiento de Tarragona ha decidido no ceder espacios para el referéndum del 1-0, la policía local de la ciudad optó por trasladar las urnas a un nuevo escondite y obedecer la orden de la Fiscalía General.
Según la CUP, «un espectáculo»
La CUP de Tarragona considera que el secuestro de las urnas del Ayuntamiento de Tarragona por parte de la Guardia Urbana no es más que parte del «escenificación» del Estado español para «atemorizar la población y simular tener el control de la situación sobre lo que está pasando en Cataluña durante los preparativos del referéndum de este próximo domingo 1 de octubre».
Según dicen, «nada está más lejos de la realidad». «Todos los pasos que está dando el aparato del Estado no hacen nada más que confirmar que este proceso de independencia está ganado con respecto a la convocatoria del 1 de Octubre», aseguran los cupaires, que añaden que «la gente sigue convencida de que la solución para dirimir este conflicto político son las urnas y está dispuesta a defenderlas hasta el último día». Además, creen que las urnas requisadas al Ayuntamiento de Tarragona no son las que se tenían que utilizar el domingo.
Al fin y al cabo, pues, «forma parte de escenificaciones como las que ya vivimos en los cacheos en imprentas, entorpeciendo las tareas de las trabajadoras, o en el intento de entrar en la sede de la CUP en Barcelona sin orden judicial», reivindican. Con todo, tildan de «provocaciones» hacia la ciudadanía estas actuaciones.
Por último, recuerdan que si un Ayuntamiento no quiere ceder su material electoral, como es el caso del equipo de gobierno municipal de Josep Fèlix Ballesteros, no lo cede. «No hace falta guardar, ni requisar, ni esconder nada en un lugar más seguro. Una vez más vemos cómo las fuerzas contrarias al derecho a decidir y a votar caen en el ridículo más espantoso con acciones que no tienen ningún tipo de recorrido», cierran desde el grupo municipal.