Una colonia de gallos ocupa la Torre Fuerte y molesta el descanso de los vecinos
La denuncia hecha al Ayuntamiento, propietario del solar donde se encuentra esta fortificación del siglo XVII, no ha obtenido respuesta
Un grupo de gallos que ha convertido en su hábitat el solar municipal donde se encuentra la Torre Forta, fortificación defensiva del siglo XVII que da nombre en este barrio Tarraconense, se convierten en los vecinos más molestos de la gente que vive en edificios próximos, de manera especial de los de la calle Riu Francolí. Se desconoce de qué manera la comunidad de gallos, con todos sus miembros de unas características similares, se estableció hará unos tres meses, dentro del recinto, y no deja de crecer. Desde entonces, sus cantos se escuchan a todas las horas del día. Uno de los vecinos afectados por la presencia de las aves explicó ayer a esta redacción que «el aspecto de los gallos es como si fueran de pelea». Al principio, «había una gallina y un gallo, pero ahora ya van por la segunda camada y hemos llegado a contar once gallos y dos gallinas», explicó Juan José Pau, quién tiene su vivienda en el otro lado de la calle, justo delante de la Torre Forta. Una de las gallinas todavía no puede tener descendencia. El temor del vecindario es que «hace días que no vemos la mayor y no nos extrañaría que estuviera criando huevos».
Los gallos y las gallinas no tienen propietarios, a los menos en apariencia, y se alimentan de la comida que les tiran personas residentes en otro bloque de viviendas, separado sólo un par de metros de la Torre Forta.
«No paran de cantar»
Según explicó la familia de Pau, «los gallos están todo el día cantante, sea la hora que sea, y si te levantas a las tres de la madrugada a ver agua, los oyes: no paran de molestar». «Cantan día y noche, a cualquier hora,» dijo con cierta resignación, pero insistiendo en el hecho de que la presencia de los gallos se hace cada día más insoportable.
El edificio de la Torre Forta acogió durante un tiempo el Instituto Municipal de Servicios Sociales y, en los últimos tiempos, el Patronato Municipal de Deportes. El presidente de la Asociación de Vecinos de la plaza Primero de Mayo, Modesto Pallejà, comentó que «el Patronato estuvo aquí hasta hace un par de semanas, pero no hizo nada en relación a los gallos». Pau también dijo que «ha pasado olímpicamente» de la presencia de los animales y de las molestias que ocasionan. «Algunos vecinos han llamado al Ayuntamiento, pero no se ha producido ninguna respuesta, y también a una protectora de animales, que les aseguró que su función no era encargarse de los gallos».
Pallejà informó en esta redacción de que «hace unos quince días puse en conocimiento del Ayuntamiento esta situación. Todavía no me han dicho nada». «No sabemos de quién son los gallos ni como llegaron, pero sí que este solar es propiedad del Ayuntamiento y, por lo tanto, alguna cosa tendría que hacer para evitar las molestias a las personas que viven en esta zona de Torreforta».
Los gallos tanto se pueden ver delante de la fachada principal del inmueble como la parte de atrás, donde hay una zona olvidada con vegetación, recordó al presidente de la entidad vecinal.
Por otra parte, Pallejà comentó que «ahora que el edificio ha quedado vacío, el ayuntamiento podría destinarlo a local de la asociación de vecinos y de entidades del barrio que no tienen ninguno, y evitar de esta manera que el edificio se pueda deteriorar con el transcurso del tiempo, siempre que no se le dé una nueva utilidad por parte del Ayuntamiento, cosa que desconocemos». El presidente de la asociación remarcó que lo más prioritario es poner solución a la presencia de los gallos, «ya que incluso hay personas que han empezado a medicarse por culpa de las molestias que los ocasionan los cantos incesantes de los animales».