El EMT descongestionará las líneas 41, 42 y 54 con tres buses articulados
Todos los nuevos vehículos duplicarán el número de rampas para usuarios con movilidad reducida y equiparán cámaras de seguridad
El EMT empezará a recibir a partir del segundo semestre del 2018 los nuevos autobuses. Los primeros, que se contratarán al principio de año (si no hay contratiempos administrativos), serán tres vehículos articulados de 18 metros, con una capacidad de 160 pasajeros, sensiblemente superior al aforo de los actuales de 12 metros (cerca de 90 usuarios). La compañía busca, con estos nuevos vehículos de mayores dimensiones, descongestionar los buses de las líneas que realizan recorridos en centros educativos de gran afluencia como la L-41 (Estación Renfe/Campus Sant Pere y Sant Pau), la L-42 (Pere Martell/Complex Educatiu) y la L-54 (Bonavista/Sant Pere i Sant Pau), que experimentan, una importante saturación con las elevadas puntas de demanda a las horas de entrada y salida de los jóvenes.
«Cada día nos encontramos con que tenemos que poner en servicio buses de refuerzo, además de los que ya hay fijados a los horarios de estas líneas, porque vemos que no es suficiente», se apunta desde la empresa pública. A la línea 54, la más usada de la red, se añade el problema de que, a la hora de salida de los centros formativos de Sant Pere y Sant Pau, los buses ya bajan por la avenida de Países Catalanes prácticamente llenos con los usuarios del barrio.
Con los articulados, el EMT prevé reducir los costes operativos de estas líneas: «Si ahora teníamos que utilizar 3 buses a las ocho de la mañana en una de estas líneas, cuando tengamos los nuevos, sólo harán falta un bus articulado y medio. Ahorraremos combustible y horas del personal de refuerzo», se apunta.
El proceso de adquisición de nuevas unidades para los próximos cuatro años, prevé un gasto máximo de 8.140.000 de euros, a razón de 5 nuevos buses por ejercicio, aunque el número total de buses que llegarán podría variar en función de los modelos seleccionados y la capacidad de inversión en cada ejercicio. De momento, los tres articulados se adquirirán mediante un renting operativo (alquiler), ya que el EMT no puede tener plena capacidad de inversión hasta noviembre del 2018, cuando acabe de pagar el renting financiero de los últimos buses comprados en la época de Joan Miquel Nadal.
Se han presentado siete fabricantes
El proceso de adquisición 2018-2021 arrancó oficialmente el pasado agosto con la publicación de un Acuerdo Marco de Homologación, para la posterior adjudicación de contratos derivados. Al concurso público se le han presentado hasta siete fabricantes de buses: Scania, Iveco, Man, Volvo, Vectia, Solarios y EvoBus (filial de Mercedes Benz), la compañía de la cual provienen la totalidad de vehículos de la actual flota del EMT. En estos momentos los técnicos de la empresa de transporte estudian las propuestas presentadas y, en enero, se harán públicos los vehículos y las compañías que han superado el proceso de homologación. Inmediatamente se iniciará el proceso de contratación de las tres unidades de 18 metros. El EMT ha solicitado propuestas para prácticamente todas las categorías de buses: articulados, estándar de 12 metros, de 10 metros, minibuses de 8 metros y microbuses de menos de 8 metros. Igualmente, la compañía también ha abierto la puerta a recibir ofertas para la adquisición de buses más ecológicos, de Gas Natural (GNC) e Híbridos, además de los de diésel Euro VI. La idea del EMT es contar con un amplio abanico de posibilidades para las compras de los cuatro próximos años.
Buses más pequeños por el centro
Se trabaja con la idea de dimensionar correctamente la demanda real de una línea con el tipo de bus, un hecho que con el actual flota, mayoritariamente formada por vehículos grandes de 12 metros, no es posible: «Los servicios son diferentes, tenemos líneas que hacen sólo el núcleo urbano y en cambio otros recorren carreteras para ir a los barrios. Pensamos que el vehículo no tendría que ser lo mismo», apunta a un responsable de la empresa. De aquí que, de entre los buses que irán llegando, algunos serán de 10 metros, suficiente para el flujo de viajeros con que cuentan las líneas con que no salen del centro de la ciudad: la L-21 (circular desde la Estación de Renfe), la L-22 (Serrallo/Joan XXIII) y la L-23 (Estación Renfe/Joan XXIII). «Podremos ajustar más el consumo al tipo de servicio, seremos más eficientes. Por ejemplo, ahora mismo un bus estándar de 12 metros consume sobre unos 50 litros por 100 kilómetros y en cambio los minibuses que tenemos a la línea de barrio de Ponent (L-13), gastan sólo entre 16 y 17 litros a los 100 kilómetros», se desgrana desde el EMT. A medida que vayan llegando las nuevas unidades, la compañía sacará del servicio a los ocho buzos más antiguos de la flota, los Mercedes Benz Caetano City Gold de 1998, en motor Euro II, que contaminan, según se reconoce desde la misma EMT, hasta 20 veces más que los buses diésel Euro VI que llegarán.
Doble rampa por si se estropea
Todos los nuevos vehículos contarán con doble rampa para personas con movilidad reducida: una hidráulica como la que ya tienen ahora, y otra –aquí viene la novedad– de despliegue manual, por si la primera se estropea. Y es que este mecanismo ha ocasionado en los últimos años numerosas quejas de usuarios con silla de ruedas que no han podido subir al bus por la inoperancia de alguno de estos elementos.
Además, la nueva flota llevará de serie cámaras de seguridad que permitirán registrar cualquier incidente que se produzca a bordo. En caso de darse un suceso relevante, las imágenes también podrán ser vistas en tiempo real en el centro de control del EMT. Hasta ahora, sólo cuatro buses de la compañía, los destinados al servicio nocturno el año 2008, equipaban cámaras.