Las obras del Circo Romano se alargan y acabarán a principios del próximo año

Las obras para transformar los restos del Circo Romano de la plaza de los Sedassos en un monumento más accesible para los visitantes se alargarán hasta a principios del próximo año. Una reformulación del proyecto a finales del mes de agosto provocó este retraso en el calendario, que preveía la finalización de las obras en septiembre. La parte fundamental de esta actuación es la construcción de unas gradas encima de las romanas, con el objetivo de integrar el monumento en el entorno urbano y facilitar la visita de turistas y ciudadanos, que se podrán sentar en las nuevas gradas hechas de chapa y madera.

Las obras de las gradas del Circo Romano empezaron el 3 de marzo de 2017. El proyecto tenía una duración de seis meses, tiempo que tenía que servir para construir una estructura de chapa y madera encima de las gradas originales. A finales del mes de agosto, sin embargo, las obras se detuvieron para reformular la idea inicial y «mejorar la interpretación del monumento y garantizar la seguridad», según fuentes municipales. La reformulación tuvo dos elementos clave: un falso contrafuerte y las instalaciones en el subsuelo de la calle Ferrers.

Entre la casa número 26 y los restos del circo se alzaba un falso contrafuerte que, cuando empezaron las obras, se comprobó que no tenía una relación estructural con la casa vecina. Por este motivo, se pudo derribar con todos los controles para evitar ningún riesgo. Con su desaparición se ha liberado una parte del podio donde antiguamente se encontraba una escalera del Circo. Con el proyecto modificado se libera la puerta que servirá de acceso general al recinto, de manera que «se gana a nivel de comprensión e interpretación del monumento», han informado fuentes municipales.

La segunda reformulación tiene que ver con el subsuelo de la calle Ferrers. Los operarios detectaron, a partir de las calas de prospección, que había una presencia importante de instalaciones en el subsuelo de la calle Ferrers. El proyecto tenía previsto poder colocar la barandilla metálica entre los restos y la calle Ferrers, pero por culpa de estas instalaciones, había que llevar a cabo una ampliación importante de la cimentación prevista para poder garantizar la seguridad de los peatones.

Pérdidas del 50%

Las obras y el retraso en la finalización de las mismas han afectado a los ingresos de los restaurantes de la plaza de Sedassos. Durante el verano y según aseguraban varios establecimientos, las pérdidas han llegado al 50%. El atractivo de la plaza, que cuenta con un gran mural pictórico constantemente fotografiado por turistas y ciudadanos, se ha perdido durante la temporada estival por culpa de las actuaciones. Así lo aseguraban a este rotativo varios empresarios con un restaurante abierto al espacio.

Sin embargo, la concejala de Patrimoni de l'Ajuntament de Tarragona, Begoña Floria, aseguraba que «la zona se dinamizará cuando el monumento esté terminado». Florecía definía la intervención del Circo Romano como «compleja», y añadía que el proyecto se ha elaborado a partir de un proceso «largo». Sobre las pérdidas que han sufrido los restaurantes de la zona, expresaba que «siempre que hay una obra en espacio público hay afectaciones» y subrayaba que «un restaurante no tiene el espacio público como ámbito de su licencia». «Las terrazas son concesiones. Se decidió replantear el espacio y se tenía que hacer. Se ha procurado que pudieran mantener la actividad y creo que se ha conseguido», cerraba la concejala.

La obra cuenta con un presupuesto de 242.000 euros, financiado en un 75% por el Ministerio de Fomento gracias al 1,5% Cultural. Por otra parte, hay que decir que las modificaciones del proyecto no han afectado al presupuesto final, que sigue siendo lo mismo que en marzo de 2017. Con todo, se prevé que las obras acaben al principio del próximo año, aunque el Ayuntamiento de Tarragona no ha concretado cuando se pueda visitar el nuevo monumento.