Los Mossos d'Esquadra declaran que Franch habría matado a Carme Gallart
El jefe de la Unitat Central de Persones Desaparegudes ha asegurado que la mató y se llevó su cuerpo a Huesca
La investigación de los Mossos d'Esquadra sobre la desaparición de Carme Gallart concluye que el acusado, Ramon Franch, habría matado a la mujer por un móvil económico, a raíz de la querella por estafa en que él se enfrentaba a una pena de 6 años de prisión y al pago de 1,5 millones de euros. Así lo defendió el jefe de la Unitat Central de Persones Desaparegudes de la policía catalana, el sargento Pere Sànchez, en el juicio que se celebra en la Audiencia de Tarragona. El día de los hechos, el 18 de junio del 2015, Franch fue ubicado por las antenas de telefonía en Pallaresos –el pueblo donde vivía la mujer– y, más tarde, el terminal de Gallart la situó con su presunto asesino en un aparcamiento que él utilizaba, en la Baixada del Toro de Tarragona. Los mossos sostienen que, dos días después, el acusado se habría desplazado con un vehículo prestado por una amiga hasta la zona de Tolba (Baixa Ribagorça) –con el cadáver de la víctima dentro del maletero– para deshacerse del cuerpo en un lugar indeterminado.
Posteriormente, se lo habría devuelto con los cristales tintados, «impoluto» y con los asientos todavía «húmedos», donde los mossos encontraron restos de sangre de la víctima.
Durante cerca de dos horas, el jefe de la Unitat Central de Persones Desaparegudes (UCPD) desgranó al jurado popular los indicios que les han permitido llegar a la conclusión de que Franch mató a Carme Gallart. El sargento Pere Sànchez explicó que, después de confirmar que la desaparición no presentaba ningún tipo de lógica, exploraron dos posibles líneas de investigación: la de un crimen pasional –finalmente descartada por la coartada del sospechoso–, y la del móvil económico, que señalaba directamente hacia Ramon Franch por la proximidad del juicio por estafa, que estaba señalado para el mes de septiembre.
Franch negó que hubiera estado en Pallaresos el 18 de junio del 2015, pero los mossos confirmaron que estuvo a las 10:38 horas gracias al rastro de su teléfono móvil. Asimismo, mientras Gallart era vista por última vez pasadas las once de la mañana y no daba más señales de vida, alguien va encendió su teléfono a las 14:10 en un aparcamiento de la Baixada del Toro de Tarragona. Cuatro minutos antes, el móvil del acusado también había dado señal ante aquel aparcamiento, por lo cual los mossos los pudieron ubicar al mismo lugar y al mismo momento. Con estos indicios, los agentes solicitaron ampliar el periodo de análisis de la señal de telefonía móvil. La primera revelación contundente fue que, entre el 7 de mayo y el 18 de junio, Franch fue ubicado al menos unas diez veces en Pallaresos, presuntamente para hacer seguimientos de la mujer, sin que constara que fuera por trabajo de su inmobiliaria. De hecho, el acusado iba a los Pallaresos sobre las 11 de la mañana, justo cuando Gallart solía salir de casa para coger el autobús. Durante aquel rato, solía desactivar los datos que permiten la conexión a Internet.
Desplazamiento a Huesca
Según los mossos , el día de los hechos Franch fue a comer a casa e hizo vida normal. Dos días después, hacia las 5 de la madrugada, salió de su casa en moto y se dirigió al aparcamiento de la Baixada del Toro, ubicado muy cerca de su empresa. El acusado pasó una hora en el aparcamiento y, acto seguido, se desplazó en un Hyundai Atos que había pedido prestado a una amiga hasta el término municipal de Tolba (Huesca). La policía sostiene que Franch llevaba el cadáver de la mujer en el maletero y que se deshizo del cuerpo en aquella zona. Según los mossos, Franch desactivó la conexión de datos durante más de dos horas y media y, con anterioridad, el 31 de marzo del 2015, ya había hecho el mismo recorrido.
La Guardia Civil estuvo buscando el cadáver el año 2016 en varios periodos, durante los meses de abril, julio y noviembre. Según ha declarado el comandante de la policía judicial de la Guardia Civil en Huesca, el área de cobertura y de posible ocultación del cadáver abarcaba hasta 2.000 hectáreas, era una zona «comprometida», «con muchísima vegetación» y «muy agreste en muchos sitios». A pesar de los amplios dispositivos, que incluyeron perros, equipos detectores de metal y decenas de efectivos policiales de varias unidades, no se obtuvieron resultados positivos.
Pilar V., la amiga que prestó el vehículo a Ramon Franch en el cual habría trasladado presuntamente el cadáver de Carme Gallart, se puso en contacto con los mossos cuando se enteró de la detención del agente inmobiliario por los medios de comunicación. Rápidamente, la policía le confiscó el vehículo para analizarlo y pudo corroborar, con pruebas de ADN, que había restos de sangre de la víctima en la zona del maletero. La mujer ha asegurado que el acusado la instó a declarar unos hechos que no eran ciertos. Según han corroborado los mossos, el agente inmobiliario le envió una carta manuscrita desde la prisión donde sostenía que era «inocente» y donde le indicaba que dijera que Carme Gallart había subido en una ocasión a su Hyundai Atos y que se había golpeado la cabeza con la puerta del maletero mientras sacaban unas bolsas. Según la testigo, ella y la víctima sólo habían coincidido en una comida y Gallart nunca subió a su turismo.
Pilar V. ha recordado que Franch le pidió que le prestara su vehículo para seguir a su esposa porque sospechaba que le era infiel. La testigo , con quien Franch mantenía una larga relación de amistad, le cedió a mediados de mayo del 2015. A cambio, él le entregó un sobre con 1.000 euros por las molestias.