La URV acerca la ciencia a los estudiantes con los talleres prácticos de Fem Recerca

La ciencia no tiene por qué ser teórica y aburrida, por el contrario, puede ser vivencial y apasionante. Este es el objetivo de los talleres promovidos por la URV bajo el título Fem Recerca y que se enmarcan en La Setmana de la Ciencia, uno de los acontecimientos de divulgación científica más importante a nivel europeo. Este programa ofrece, cada miércoles, durante tres meses, diferentes talleres de carácter vivencial que permiten a los estudiantes entrar al laboratorio y a las aulas de la universidad.

El juves, por ejemplo, varios alumnos descubrieron cómo se trabaja en un laboratorio convirtiéndose en los protagonistas de la práctica. Vestidos con bata blanca y con los utensilios de seguridad necesarios se zambulleron, por un día, en el trabajo de investigación científica. En el primer taller bajo el título Las reacciones químicas como fuente de energía, los alumnos de cuarto de ESO del instituto de Vila-seca, pudieron descubrir cómo determinadas reacciones químicas pueden proporcionar suficiente energía para generar, por ejemplo, energía eléctrica o térmica. Las reacciones químicas han sido una fuente de energía conocida y explotada por el hombre desde el comienzo de la historia. De hecho, el fuego no es otra cosa más que una reacción química de combustión que proporciona energía térmica. Pero hay otros tipos de energía que también se pueden obtener a partir de reacciones químicas.

En la sesión práctica, los jóvenes científicos realizaron pruebas para medir la energía proporcionada por este tipo de reacciones. También vieron la luminiscencia de diferentes objetos cotidianos viendo la realidad más próxima desde una otra vertiente: la científica.

La profesora de Química y Física de la URV, Mar Reguero, explicó que «es una experiencia positiva para ellos porque a través de una práctica sencilla los alumnos descubren un laboratorio real y generamos interés en diferentes conceptos científicos». Además, añade que «intentamos adaptar la experiencia práctica a cada grupo de edad a fin de que lo puedan entender y se adapte a sus características».

El ADN de un tomate

El segundo taller que tuvo lugar fue EL ADN: la base de la vida. Una apasionante manera de descubrir la importancia de las biomoléculas. En concreto, la importancia del ADN, sin el cual, conjuntamente con otras moléculas, la vida no sería posible. Los estudiantes de primero y segundo de Bachillerato de l'Institut Camp Clar extrajeron el ADN de un tomate a través de un protocolo sencillo. Entre risas y nervios, fueron los alumnos de primero y segundo de bachillerato del Instituto Camp Clar de Tarragona los encargados de triturar los tomates e iniciar el proceso con el fin de aislar el ADN con jabón y poder observarlo con el microscopio.

El profesor del departamento de Bioquímica de la URV, Raül Beltran explicó de manera amena la importancia del ADN en cualquier organismo y la manera de aislarlo para poder analizarlo. Además, las dos actividades estuvieron precedida por una conferencia sobre la importancia de la química y la bioquímica y de una visita por las instalaciones de la facultad de química.

Los secretos del chocolate

Otra de las actividades que tuvieron lugar durante el día de ayer se celebró en la Biblioteca Pública de Tarragona. De la mano de la URV y el ICIQ, más de una decena de niños de entre 9 y 12 años pudieron descubrir los secretos de los orígenes del chocolate. «A partir de este producto tan cotidiano, como es el chocolate, los niños tienen la oportunidad de acercarse a las diferentes perspectivas científicas», expresaba Cristina Mallo, de la Unidad de Comunicación de la Ciencia de la URV.

La investigadora y arqueóloga Laura Bricio fue la encargada de «empezar a despertar las vocaciones científicas de los más pequeños». A partir de una pequeña parte explicativa, los asistentes pudieron conocer pequeñas nociones sobre los orígenes y los usos del chocolate. Después, mediante un experimento práctico, elaboraron una bebida de cacao tal como la hacían los aztecas. Muchos de los pequeños, sin embargo, se llevaron una decepción cuando la probaron. «Llegan con unas perspectivas que no se cumplen, porque el sabor del cacao de los aztecas no tiene nada que ver con el chocolate que comemos hoy en día», expresaba Bricio.

Los talleres para conocer los orígenes del chocolate continuarán en la Biblioteca Pública hasta el mes de julio, en sesiones de una hora completamente gratuitas. Todas las actividades celebradas durante la jornada de ayer se enmarcan en La Setmana de la Ciencia en Tarragona y cuentan con la implicación de diferentes agentes del territorio como museos, fundaciones, centros tecnológicos e institutos de investigación. Se han programado decenas de talleres.