El fiscal pide quince años de prisión para Franch por la muerte de Carme Gallart
Después de que el jurado popular lo declarara culpable, la defensa del acusado solicita una de diez por homicidio
El jurado popular considera a Ramon Franch culpable de la muerte de Carme Gallart por siete votos de los nueve miembros que lo integraron. En la lectura del veredicto, el fiscal pidió la imposición de una pena de quince años de prisión, mientras que el abogado de la defensa solicitó una de diez años por homicidio. Aunque el cadáver de Carme Gallart no ha sido encontrado, el jurado popular concluyó que Franch lo hizo desaparecer en el curso de un desplazamiento en coche que este habría hecho en la provincia oscense. Un familiar político del agente inmobiliario tarraconense tiene una vivienda en la localidad pirenaica de Cerler.
El fiscal dijo que se ha podido observar que Franch tuvo un comportamiento que buscaba la muerte de Gallart, como las ofertas de dinero que ganó a la vecina de Els Pallaresos, que el agente inmobiliario buscó un vehículo no identificable, el de una amiga, y que el hecho de ofrecer a la víctima 300.000 euros subraya la gravedad.
Ramon Franch y Carme Gallart mantenían un litigio por estafa que se remonta en el año 2006. Aquel año, la mujer contrató los servicios de la inmobiliaria de Franch, situada en la Rambla Nova de Tarragona, con el objetivo de poner en venta una casa que tenía en la playa del Miracle y adquirir una vivienda en la zona de la Muntanyeta, en el barrio de Sant Pere i Sant Pau. El empresario habría hecho creer, presuntamente, a la mujer que tenía un comprador para su domicilio y esta pidió un préstamo para comprar la segunda vivienda. Las dos operaciones las gestionó Franch, que se embolsó una comisión de 45.000 euros. Como la primera operación habría resultado presuntamente un engaño, la mujer se vio obligada a pedir más préstamos y a deshacerse de sus propiedades para pagar las deudas. Gallart decidió presentar una querella contra Franch por los delitos de estafa y falsedad documental.
Ayer, el fiscal del caso determinó que la desaparición de Gallart no fue voluntaria, que no tenía ningún motivo para hacerlo, y que, por parte de Franch, existió una actuación tendente a manipular pruebas. En concreto, se centró en una carta que el acusado escribió a una amiga que le dejó un coche, donde decía qué tendría que declarar y le pedía que se deshiciera de la misma. En el guardabarros del vehículo se encontró sangre con el ADN de Gallart.
Según el jurado popular, Franch hizo varios desplazamientos a Els Pallaresos, donde gestionaba viviendas en su calidad de agente inmobiliario, para hacer un seguimiento de Gallart y estableció su rutina. Su presencia en esta localidad quedó patente por|para la geolocalización de su teléfono mòvil. También consideró probado que Franch se desplazó a la provincia oscense, donde en algún lugar se deshizo del cadáver. Como aficionado a los desplazamientos en moto, Franch había hecho varias salidas por rutas oscenses.
Otro aspecto que se abordó fue el hecho de que Franch limpió el vehículo donde se encontraron restos de sangre porque lo quería volver a su amiga impoluto, y esta dijo que los asientos todavía estavan húmedos.
Mientras todo eso sucedía, se perdió el rastro de Carme Gallart. No se detectó ningún movimiento, por ejemplo, de su tarjeta de crédito. La víctima, de 65 años, tenía a su cargo sus padres, de edad adelantada. Gallart hacía una vida rutinaria.