Maria Remei Barberà
«De las 38 calles que la ciudad dedica a escritores, sólo 12 son tarraconenses»
Barberà define el libro como una herramienta didáctica para conocer a los autores literarios o que la madre de Josep Maria de Segarra nació en la Parte Alta
—Qué le decidió a escribir un libro sobre los escritores que tienen dedicada una calle en Tarragona?
—Si la gente va por las calles Pin y Soler o Pere Antoni Torres Jordi, es bueno que sepa quiénes eran, qué hicieron. El libro no es ninguna tesis doctoral, se una herramienta para hacer divulgación. El contenido se puede utilizar de forma didáctica por profesores que, a partir del libro, pueden organizar una visita a las calles con sus alumnos.
—En Leyendo sin perder el escribir se hace referencia a 39 escritores, cuando son 38 los que tienen una calle en la ciudad
—a pesar de que en Tarragona no se puede poner el nombre de una calle a una persona viva, la que hace 39 es Olga Xirinacs, aunque no se le ha dedicado ninguno. El año pasado cumplió 80 años y, en primavera, se le dedicaron varios actos. Lo he incluido en el libro porque escribí un artículo para hacerle un homenaje y pensé que lo tenía que incorporar al libro. Es la excepción que confirma la regla. A veces, las reglas se tienen que romper. Sucede lo mismo al Salón de Tarraconenses Ilustres, donde está el cuadro de Olga.
—De los 38 escritores con calle, cuántos son de las comarcas de Tarragona?
—Hay doce. Son de los que me ha costado más encontrar información. Para una filóloga catalana como yo es fácil hablar de Rodoreda o Verdaguer. Sin embargo, es más difícil encontrar Joaquim Icart o Joan Antònio Guàrdias, si no hay alguna monografía.
—Qué tarraconenses no tienen calle y, según su opinión, se lo merecen?
—Le nombraré a tres escritores. Dos son tarraconenses, Montserrat Abelló y Joan Anton Baixeras, a los cuales se les tiene que hacer justicia, y uno no tarraconense como es Miquel Martí Pol.
—El libro es como una guía.
—Sí. Está dividido por zonas y en cada una de ellas está la altiplanicie de ciudad para ubicar las calles dedicadas a escritores. Además de datos de los protagonistas del libro y de su obra, todos van acompañados de una cata literaria y de alguna curiosidad o anécdota. Por ejemplo, de Josepa Massanés digo que el año 1837 pudo comprobar el reconocimiento de su valía literaria, cuándo la comisión de instrucción pública de Nueva York recomendó en los centros educativos de aquella ciudad uno de sus poemas, Lo beso maternal , traducido al inglés.
—También ha añadido un espacio dedicado al parque de las Letras Catalanas, donde ha reproducido frases de catorce escritores.
—Se encuentra en el Valle de la Arrebassada. En el suelo están escritas frases de autores literarios de los Países Catalanes. Cuando fui a verlo, comprobé que todos los escritores tenían calle en Tarragona, a excepción de Víctor Català, que en realidad fue una mujer, Caterina Albert. De la manera más tonta, descubrí que en la previsión del libro me había dejado diez escritores con calle en la ciudad.
—Cuántos tarraconenses hay en el Valle de la Arrebassada.
—Esta zona se podría llamar Barrio de los Escritores, como está el Barrio de los Músicos, pero en la Arrebassada ninguna calle lleva el nombre de un escritor tarraconense.
—Qué puede descubrir el lector a Leyendo sin perder el escribir .
—En primer lugar, conocer mejor a los escritores, si escribieron sobre Tarragona y algunas curiosidades. Para poner un ejemplo, la madre de Josep Maria de Segarra de Castellarnau era de Tarragona. Nació en la Casa Castellarnau.
—Alguna cosa lo ha sorprendido de manera especial?
—No sé a quién se le ocurrió poner a Ramon Llull en una calle de Sant Salvador. Mucha gente no sabe que Llull tenga una calle dedicada a Tarragona.