Tres escuelas públicas sufren 10 intrusiones vandálicas en un año
La concejalía de Ensenyament, la dirección de los centros, el IMET, la Guardia Urbana y los Mossos han creado un protocolo de actuación
Tres escuelas públicas de la ciudad de Tarragona han reforzado su seguridad para evitar nuevos episodios de robos o de actos vandálicos en el interior de los centros. Se trata de los colegios Cèsar August, Marcel·lí Domingo y PAX. Los tres han sufrido, en los últimos meses, varias intrusiones en sus instalaciones. Algunas, se han saldado sin incidentes. Otros, sin embargo, han acabado con extintores vaciados en el gimnasio o en el comedor, con varios destrozos y pintadas y con intentos de robo. En total, ha habido 10 intrusiones entre enero de 2017 y este mes de noviembre. Por este motivo, la concejalía de Ensenyament, la dirección de los centros, el Instituto Municipal de Educación de Tarragona (IMET), la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra han creado un protocolo de actuación para reforzar las medidas y «hacer todo lo que esté en nuestras manos para que esto no vuelva a pasar», expresaba el concejal de Ensenyament del Ayuntamiento de Tarragona, Francesc Roca.
Entre los meses de julio y septiembre saltaron las alarmas. El Cèsar August sufría destrozos y pintadas en el interior del centro y también en el Jardí d'Infància. Pasaba lo mismo en el PAX. El resultado, 30.000 euros en costes de reparación y limpieza. «És dinero que podríamos invertir en otra cosa mucho más productiva e importante», lamentaba la directora del IMET, Montse Fortuny. Pero las incidencias no se frenaron aquí. La escuela PAX ha sufrido dos intrusiones más desde entonces. Una se saldó sin ningún incidente, porque sonó la alarma y los presuntos ladrones huyeron. La segunda, sin embargo, acabó con un extintor vaciado en el gimnasio.
También pasó lo mismo al Marcel·lí Domingo. La semana pasada, varios intrusos entraron en el centro y vaciaron un extintor. Esta vez, sin embargo, lo hicieron en el comedor y en la cocina. Ambas estancias acabaron llenas de polvo, hecho que hizo imprescindible una actuación de urgencia en las instalaciones. «El material que hay en el interior de los extintores es tóxico, por eso fue necesaria una limpieza especializada de los espacios. Aquel mismo día tenían que comer en el comedor decenas de niños y había que solucionarlo al momento», detallaban Roca y Fortuny.
Un protocolo innovador
Entre los 30.000 euros del verano y los otros incidentes, el vandalismo y el incivismo en las escuelas públicas está pasando factura al municipio. Por eso, desde los centros, la concejalía y el IMET, con la colaboración de la Guardia Urbana y los Mossos, se ha creado un nuevo protocolo que ayudará a reforzar las medidas de seguridad de los tres centros.
Algunas de las medidas que se han adoptado son: hacer un inventario de los objetos de valor, comprobar las alarmas y los sistemas de videovigilancia frecuentemente, comprobar que los accesos a la escuela están cerrados antes de los fines de semana y las temporadas de vacaciones, evitar dejar dinero en efectivo en el interior del centro y cuidar de las puertas o ventanas que están mal cerradas. «No sólo se trata de la tecnología, tenemos que hacer todo lo posible entre todos», decía Roca. Por este motivo, uno de los ejes del protocolo será la formación a los conserjes. La Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra los enseñarán a incrementar las medidas de seguridad y a cuidar de las instalaciones en toda su totalidad. Además, los dos cuerpos de seguridad han incrementado su presencia en los alrededores de los centros educativos y están en contacto constantemente con la concejalía, el IMET y la dirección de las escuelas.
Roca destacaba que lo más importante es conseguir que «el barrio haga suya la escuela». Este protocolo agrupará a todos los centros públicos de la ciudad en los próximos meses, por este motivo, Fortuny subrayaba que «la dirección tiene que denunciar siempre, aunque no se hayan llevado nada». El objetivo, acabar con los robos y el vandalismo.