Diari Més

La pesca de la luz vive su peor año y en 2018 perderá dos barcas

La veda empezará el 21 de diciembre y durará dos meses, tiempo donde el sector intentará sobrevivir casi sin ayudas

Entre el 2014 y el 2017, Tarragona ha perdido ocho barcas de pescado azul. Ahora, se sumarán dos más.

La pesca de la luz vive su peor año y en el 2018 perderá dos barcasCristina Aguilar

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Los pescadores de la luz de la Cofradía de Pescadores de Tarragona han vivido este 2017 la peor temporada que se recuerda. La medida y el precio del boquerón y la sardina hace tres años que está en caída libre y no muestra indicios de recuperación. El año 2016, se capturaron 3.001.119,13 kg de pescado azul –boquerón y sardina–, valorados en 3.290.820,93 euros. Este año, las cifras bajan: 2.688.359,64 kg y 3.226.719,28 euros hasta el momento. El sector volvió al mar el 19 de febrero de este año, después de dos meses de veda. El 21 de diciembre, las barcas tarraconenses volverán a amarrarse en el puerto durante dos meses más. Cuando vuelvan, sin embargo, no lo harán todas. Dos embarcaciones desaparecerán porque «la situación es gravísima», expresaba al presidente de la Associació del Peix Blau de la ciudad, Agustí Rillo. Por lo tanto, en Tarragona quedarán seis cuando hace tres años había dieciséis.

El 19 de febrero de este año, los pescadores de la luz de Tarragona volvían al mar después de dos meses parados. La esperanza era que durante este espacio de tiempo, boquerones y sardinas se hubieran regenerado. De hecho, hasta que no llegaron los meses de verano, parecía que las capturas pespunteaban. Hasta agosto habían llegado a la lonja 443.000 kilos de sardinas y 1.660.000 kilos de boquerones, con una medida un pelín mayor que en el 2016 y un precio tímidamente superior. «Pero desde agosto hasta ahora ha sido un desastre total. Hace tres meses que las barcas de noche no ganamos ni un euro», sentenciaba Rillo.

La situación del pescado azul es, como mínimo, preocupante. Desde el 2014 hasta ahora, a la ciudad de Tarragona han desaparecido ocho barcas. Han sido tres años de caída en picado de la medida y el precio del boquerón y la sardina. Y el próximo año dejan el mar dos barcas más. Se trata de una problemática que se repite en otros lugares de la Costa Daurada como la Ametlla de Mar, donde desaparecerán cinco barcas en el 2018. «Hace treinta años éramos el territorio más rico. Venían barcas de todas partes a pescar en nuestras aguas. Ahora, desde Castellón a arriba no se pesca prácticamente nada», expresaba Rillo.

El día 21 de diciembre, las barcas tarraconenses estarán amarradas en el puerto durante dos meses. Esta es la temporada de veda que los pescadores de la ciudad hacen desde hace unos treinta años. De hecho, Tarragona es la única provincia de Tarragona que hace una veda tan larga. «El mar lo necesita», argumenta al presidente de la Associació del Peix Blau. Los resultados de estas vedas, sin embargo, no son satisfactorios. Es cierto que las capturas se incrementan, porque se coge mucho más pescado el mes de febrero que el mes de diciembre. Pero la medida y el precio no acompañan, motivo por el cual «los pescadores no ingresan bastante dinero como para sobrevivir», decía Rillo, que detallaba que «un marinero puede cobrar, como mucho, 5.000 euros durante los 10 meses de captura, y con eso no se puede pagar un alquiler ni comer».

La problemática para los pescadores, sin embargo, es doble. «Cuando salimos al mar no ganamos dinero y cuando nos quedamos en el suelo tampoco», aseguraba a Rillo. El presidente de la Associació del Peix Blau se refiere a la inexistencia de ayudas hacia el sector durante los meses de paro. Ya hace años que armadores y marineros reivindican la necesidad de recibir ayudas durante los dos meses de veda. Los armadores, como mucho, llegan a cobrar quince días de ayuda cuando tendrían que cobrar sesenta. Y los marineros, tienen que decidir si cobran la subvención o se van en paro. La subvención, aseguran desde el sector, llega tarde y es más pequeña de lo que tendría que ser. E ir al paro acaba siendo contraproducente para los trabajadores.

El próximo año, sólo seis barcas saldrán desde el puerto de Tarragona para ir en busca del boquerón y la sardina. Desde el sector, la preocupación es máxima. De hecho, el mismo Rillo destacaba que «nos estamos muriendo poco a poco». Empezar a capturar atunes podría ser una de las soluciones. Hoy por hoy, sin embargo, no se les está permitido.

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