«Priorizan el proceso y nadie se da cuenta de que el gran problema es el social»

—¿Qué se juega el país con estas elecciones?

—Nos jugamos seguir, cuatro años más, dentro de un bucle, o bien mirar adelante y empezar a gobernar. Ya hemos perdido bastante tiempo, casi dos legislaturas, y, mientras tanto, los problemas sociales continúan: hay gente en paro, siguen los recortes, siguen las privatizaciones y los salarios precarios.

—¿Por lo tanto, cuál cree que es el problema principal que tiene Cataluña?

— El gran problema es el social, pero parece que nadie se da cuenta de ello. Se está priorizando el proceso por delante de los problemas de la gente.

—Los partidos independentistas defienden que, con la independencia, se podría trabajar por todos estos temas sociales.

— Se ha visto claramente que detrás del proceso no hay nada, que todo ha sido propaganda, un viaje a la nada. Por lo tanto, es muy difícil creer que independizándonos de España sea la solución a toda esta problemática.

—Pero lo que no se puede negar es que el encaje entre Cataluña y España preocupa a la gente.

—El principal problema es la polarización, con casi la mitad de la población a favor del «Sí» y la otra mitad, del «No». Por lo tanto, es un problema de diálogo.

—¿Y cuál es la solución?

—Estamos condenados a dialogar y esta es nuestra propuesta. De nada servirá que gane el bloque del 155 o el de la DUI. El país seguirá atascado en el mismo callejón sin salida y la única alternativa es sentarse y reencontrarse, porque lo que tenemos que pensar los políticos es que no estamos solos, sino que detrás nuestra hay mucha gente. Tan sólo un gran consenso es el que permitirá presionar el gobierno central para que en España se abra un proceso constituyente, que se vote en todo el país la reforma de la Constitución y, después, que Cataluña pueda votar en un referéndum acordado y con garantías.

—Dice que se tiene que dialogar. ¿Con quién?

—Catalunya en Comú-Podem sale a ganar, con la esperanza de conseguir la fuerza suficiente para que partidos como el PP, PSOE y Cs se sientan interpelados a sentarse a hablar. Creemos que si todos presionamos desde Cataluña y llegamos a un consenso, el PP no podrá negarse a escucharnos. Por otra parte, pedimos al PSOE, y concretamente al señor Pedro Sánchez, que haga lo que prometió a sus militantes y que presente una moción de censura al señor Mariano Rajoy para poder hacer un gobierno progresista, que es lo que necesita, no sólo Cataluña, sino toda España. En cuanto|Así que el 21-D es tan sólo una página, una primera parte para desbordar España.

—Políticos encarcelados y otros en Bruselas, ¿Son unas elecciones normales?

—Son unas elecciones totalmente anormales, pero se tiene que ir por partes. Por una parte, los que están en prisión tendrían que estar en libertad, haciendo campaña, con las mismas condiciones que el resto. Y es que, para nosotros, es excesiva la prisión preventiva. No nos pongamos en lo que se juzga o como se juzga. Otra cosa es Bruselas. Creemos que el señor Carles Puigdemont no es un exiliado, como él pretende hacer ver, sino que es un cobarde. El capitán de un barco es el último de abandonar, y él lo que ha hecho ha sido marcharse y dejar aquí todos los marineros, tripulación y pasajeros. Es, incluso, ofensivo, porque hay refugiados en situaciones deplorables e infrahumanas, y estos sí que son exiliados políticos, estos sí que huyen de una guerra.

—¿En medio de una sociedad polarizada, cuál es el perfil del votante de Catalunya en Comú-Podem?

—Desde la vertiente de Podem, es un votante no independentista, pro-referéndum, por lo tanto, soberanista, y que sabe que la única manera de acabar con esta situación es votar en un referéndum con garantías y pactado con el gobierno. Por otra parte, dentro de los comunes, hay de todo. Predomina el «No», pero sí que es cierto que hay un sector independentista que, sin embargo, no está de acuerdo en cómo se ha llevado el proceso, ni está de acuerdo con una DUI.

—¿Si se hiciera un referéndum y ganara el «Sí», qué haría Catalunya en Comú-Podem?

—Se acataría el resultado y seguiríamos trabajando desde Cataluña con los mismos ideales, priorizando la agenda social.

—Podemos estuvo inmersa, el mes pasado, en un conflicto interno que acabó con la dimisión del exsecretario de Podem Cataluña, Albano Dante Fachin y otros altos cargos...

—El señor Dante Fachin había salido de la línea política de Podem y 13.000 personas de 17.000 le recordaron en una votación histórica de la asamblea ciudadana, el máximo órgano de la formación, donde se decidió ir en confluencia con los comunes a las elecciones. Es tan sólo página pasada.

—Es cabeza de lista por Tarragona. ¿Cuáles son los retos de la provincia?

—Se tiene que invertir. Tarragona no se merece estar en la cola de Cataluña, tanto por la dejadez de la Generalitat como del Estado. Se tiene que aparcar el proyecto de Barcelona World, que lo que llevará es drogas y prostitución, y lo que se tiene que hacer es apostar por un turismo cultural, geográfico e histórico. También se tiene que presionar por el corredor del Mediterráneo y apostar por I+D+I para crear puestos de trabajo de calidad, haciendo una industrialización inteligente, que es totalmente compatible con el turismo, además de apostar por las energías renovables a través de un plan|plano de transición encarado a las nucleares, que tienen fecha de caducidad.

—El barómetro del CIS prevé que Cataluña Comú-Podem pierda escaños, pasando de los 11 actuales, a 9. ¿Qué piensa?

—Lo veremos el día 21 de diciembre en votos.