La aprobación de la plantilla de 2018 indigna a los trabajadores municipales
Lo han manifestado en un plenario en el cual Ciutadans se ha abstenido y ha permitido la aprobación de los presupuestos del próximo año
Indignación y rechazo. Estos son los sentimientos que este jueves han manifestado decenas de trabajadores del Ayuntamiento al conocer que el equipo de gobierno (PSC-PP) ha aprobado, gracias a la abstención de Units per Avamçar, la plantilla de 2018 y la modificación de la relación de puestos de trabajo. Un documento que, según los sindicatos UGT, USOC, CCOO, SPPM-CAT, CGT y CSIF, «mantiene los agravios comparativos entre los trabajadores de la casa» y, según aseguran, «no recoge las aportaciones de los sindicatos y se ha aprobado de forma unilateral por parte del Ayuntamiento». Por este motivo, han entrado al plenario municipal con pancartas de denuncia y banderas de los sindicatos, y se han girado de espaldas a los grupos municipales durante el debate sobre la temática.
«Los sindicatos estamos luchando por acabar con los agravios comparativos y las injusticias de la actual plantilla y relación de puestos de trabajo», aseguran a todos los sindicatos con representación en el Palau Municipal. Este jueves, durante el plenario, le han hecho saber al equipo de gobierno (PSC-PP) en forma de protesta. Este, ha aprobado el documento de la plantilla del próximo año gracias a la abstención de Josep Maria Prats, y el resto de la oposición, ha votado en contra.
«Ya lo advertimos en marzo, parémoslo, porque todos los sindicatos se oponen», dijo el portavoz de Cs, Rubén Viñuales. Y es que las críticas han llegado desde todos los puntos de la oposición, no sólo de los partidos puramente de izquierdas. El concejal de ERC, Jordi Fortuny, ha avisado al concejal de Economía y Hacienda, Pau Pérez, de que «está normalizando la falta de entendimiento con los sindicatos», y la portavoz de la CUP, Laia Estrada, ha subrayado que «tienen mucha gente cobrando por categorías inferiores a las suyas». De hecho, los sindicatos aseguran que hay profesores de adultos y de música con el complemento de un peón, peones que hacen de llacer, subalternos que hacen de auxiliares administrativos o auxiliares administrativos que hacen de administrativos.
Por su parte, Pau Pérez se ha defendido argumentando que el Ayuntamiento ya ha empezado a valorar la modificación y que se está realizando un estudio. Los trabajadores, de espaldas pero atentos en todo momento, han estribillo con gritos y protestas. «¿Qué hacemos, paramos la hoja de ruta o seguimos?», se ha preguntado Pérez, que ha recibido la respuesta de la plantilla con gritos de «¡Negociamos!» o «¡Que no se apruebe»!. Finalmente, sin embargo, el documento se ha aprobado entre silbidos de los trabajadores.
Los presupuestos, aprobados
Si los trabajadores municipales han sido unos de los protagonistas del plenario, el otro lo ha sido el portavoz de Ciutadans, Rubén Viñuales, quien ha tenido que argumentar la abstención de su grupo en la votación de los presupuestos bajo la atenta mirada del resto de la oposición, a que ha votado en contra. El equipo de gobierno (PSC-PP) ha contado también con el apoyo de la concejala no adscrita, Beatriz Pérez, que hasta hace algunos meses formaba parte de Cs.
Los presupuestos municipales, cifrados en 166 millones de euros, eran el punto principal del día. De nuevo, Pau Pérez ha sido el encargado de introducirlos, exponiendo que «son unos presupuestos reales» y que «podriem explicar datos genéricos, pero explicamos soluciones». La primera réplica contundente lo ha recibido del antiguo socio de gobierno de socialistas y populares, Josep Maria Prats (UxA). «El presupuesto dibuja la hoja de ruta de la acción política y constata los pecados de obra y de omisión», ha dicho el democristiano, que ha centrado sus críticas en las pocas inversiones en el ámbito de la Cultura y los proyectos, además de oponerse a la supeditación en venta de patrimonio de casi todas las inversiones.
Arga Sentís (ICV) ha asegurado que las cuentas eran un «déjà-vu» de los del año pasado, crítica que ha compartido con Laia Estrada (CUP), quien ha asegurado que «son muy similares y tienen las mismas carencias». Cristina Guzmán (PDeCAT) ha criticado que «un 80,9% de las inversiones dependen de la venta de patrimonio» y «ha manifestado» que «Tarragona está en una situación crítica y la ciudad no avanza». Por su parte, Pau Ricomà (ERC), ha dicho que eran los presupuestos de «gris» y la «mediocridad» y que «no hay chispa de alegría ni anhelo de modernización».
Después, ha llegado el turno de Viñuales, quien ha argumentado que «no estoy de acuerdo con los presupuestos, pero nos abstendremos porque la ciudad no se merece estar paralizada». La moneda de cambio para abstenerse ha sido el Plan de Choque de Barrios, una actuación que el gobierno ha prometido que hará con el modificativo de crédito del mes de marzo. «Esperamos que lo lleven a cabo. Si no, nos habrán engañado», ha dicho Viñuales.
Después, el alcalde Ballesteros, ha asegurado que «la estabilidad es un valor muy importante que no se valora hasta que se pierde» y que son unos presupuestos «ilusionantes» y no «ilusionistas».