El nuevo propietario del Hotel Imperial Tarraco ya ha iniciado las obras de reforma

El antiguo Hotel Imperial Tarraco ya se encuentra en obras con el objetivo de reformar su interior de manera íntegra y poder abrir el nuevo establecimiento resultante a finales de este año o en el primer trimestre del 2019. El hotel del paseo de las Palmeras cerró puertas de manera definitiva el pasado 21 de mayo.

La primera de las actuaciones que se está llevando a cabo consiste en sacar el falso techo de la primera planta y de los salones nobles y comedores que había en la segunda. Los operarios entraron hace unos días en el interior para proceder a poner en marcha las tareas iniciales de la profunda reforma a la cual será sometido el edificio en el curso de los próximos meses. De momento, sin embargo, no ha trascendido el nombre de la empresa que se hará cargo de la gestión del establecimiento.

El nuevo propietario, Alta Diamond Projects, adquirió el hotel de la cadena Husa, presidida por Joan Gaspar, por un importe aproximado a los ocho millones de euros. De hecho, hacía años que Husa trataba de venderse el hotel de Tarragona para hacer frente a deudas acumuladas por la cadena hostalera. El objetivo de la nueva propiedad es convertir el establecimiento en un hotel de referencia a la ciudad, aprovechando su ubicación, en un entorno patrimonial de primer orden, y las vistas en el mar y en el litoral tarraconense que tendrán los futuros usuarios que ocupen las habitaciones que dan en el paseo de las Palmeras. El proyecto prevé adecuar el hotel a las necesidades y exigencias del cliente actual.

El Imperial Tarraco, de cuatro estrellas y construido en 1963, quedó desfasado y requería una reforma integral. La última actuación que se hizo, consistente en una remodelación parcial, tuvo lugar en el 2007. En el apartado de comentarios que desponía la web del hotel, muchos de los últimos clientes aseguraban que el establecimiento no se correspondía a la categoría de cuatro estrellas y valoraban de manera favorable tanto la ubicación –en el centro de la ciudad y a contados metros de espacios arqueológicos y patrimoniales– como las vistas que disfrutaban de la ciudad y del entorno marítimo del Mediterráneo.

El establecimiento, que había sido propiedad de la cadena hotelera HUSA, fue subastado en diciembre del 2016 y, porque no se encontró comprador, pasó a manos de su principal acreedor. El pasado mes de mayo, la nueva propiedad –una inmobiliaria– presentó una demanda de cese de la actividad ante|delante de un juzgado de primera instancia de Tarragona. El negocio del Grupo Husa arrastra una profunda crisis desde inicios de este siglo. En el 2011 ya que se vendió el Hotel Palace Barcelona. Después, el antiguo Ritz, de Barcelona y el Husa President Park, localizado en Bruselas.