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El envenenamiento de dos perros en un pipi-can señalizado alerta a Sant Pere i Sant Pau

Los dos casos se han producido en la última semana y pudieron salvar la vida, no es el caso de dos perros que murieron por veneno al lado de las piscinas

Imagen del pipi-can ubicado delante del bloque Sant Magí, en la zona norte de Sant Pere i Sant Pau.

El envenenamiento de dos perros en un pipi-can señalizado alerta a Sant Pere i Sant PauCristina Aguilar

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Preocupación entre los dueños de perros en el barrio tarraconense de Sant Pere i Sant Pau. El motivo, el envenenamiento de dos animales en un pipi-can señalizado ubicado delante del bloque Sant Magí, al lado del cuartel de la Guardia Civil. En los dos casos, el animal habría comido algún alimento impregnado con un producto químico todavía indeterminado. Con estos dos casos, ya son cuatro los que ha sufrido el barrio en tan sólo un mes y medio. En la zona de las piscinas municipales, también concurrida por dueños y animales, dos perros se intoxicaron y acabaron muriendo hace poco más de un mes. Y el último caso es el del Suri, un perro cazador que salvó la vida el pasado lunes por la tarde gracias a la rápida reacción de su propietaria y del veterinario. Ahora, los vecinos esperan una investigación de los Mossos d'Esquadra para saber qué está pasando.

El pipi-can en cuestión es uno de los espacios más utilizados para pasear perros en la zona norte de Sant Pere i Sant Pau. Cada tarde, decenas de personas llegan con su animal porque «podemos soltarlos solamente de una manera vigilada», decía Montse Cortijo, propietaria del perro envenenado el pasado lunes por la tarde. El terreno está señalizado como pipi-can, pero no dispone de vallas que limiten la zona. Aun así, es un espacio abierto y grande «sin el peligro de atropello por parte de vehículos», añadía Cortijo.

El lunes por la tarde, la propietaria del Suri decidió ir a pasearlo después de la tradicional comida familiar del día 1. Se dirigió al pipi-can situado delante del bloque Sant Magí, tal como hace habitualmente, porque ella reside en el barrio. Al llegar al lugar, Cortijo sacó la correa al Suri «para que pudiera pasear libremente», una acción que acostumbra a repetir dadas las características del terreno. Cortijo asegura que no notó nada extraño durante el paseo y, acto seguido, se dirigió en su domicilio.

«Después de un rato en casa, decidí salir porque había quedado con una amiga. Antes de abrir la puerta, me acerqué al Suri para decirle que se marchaba», detallaba la vecina, ahora ya recuperada del suceso. Al acercarse al perro, sin embargo, vio que alguna cosa no iba bien. Empezaba a convulsionar y sabía que aquello no era normal. Nunca se me había pasado nada con perros, pero hace muchos años que tengo y eso se nota», relataba. Rápidamente, cogió al Suri y lo llevó al veterinario.

La rápida intervención de la propietaria facilitó que el veterinario llegara a tiempo para salvar la vida del Suri. También gracias a su tamaño y peso, propias de una raza cazadora como la suya. No pasó el mismo con los dos perros muertos hace un mes y medio en la zona de las piscinas. También ingirieron un producto tóxico, pero eran perros más pequeños y no pudieron sobrevivir. De hecho, la misma Cortijo aseguraba que «más de una vez, al lado de las piscinas municipales, nos hemos encontrado con trozos de carne sospechosos que hemos tenido que retirar por precaución», decía.

El Suri recibió la atención del veterinario y ya se está recuperando en casa. Para contrarrestar los efectos del veneno, se le administró carbón activo. Según informaba su propietaria, «el veterinario estaba convencido de que había ingerido alguna cosa impregnada con producto tóxico». Ayer por la mañana, Cortijo llamó al Ayuntamiento para preguntar si en el pipi-can habían fumigado o habían vertido herbicida. La respuesta fue negativa, por este motivo se desconoce todavía el producto en cuestión.

Ayer tarde, Cortijo se dirigió a la comisaría de los Mossos d'Esquadra con el informe del veterinario para denunciar los hechos y que se investigue el caso. De momento, sin embargo, una entidad animalista de Sant Pere i Sant Pau y Rodolat del Moro ya ha empezado a alertar a los dueños de perros. Se trata de RodoGat a Sant Pere i Sant Pau, que nació hace un mes con el objetivo de velar por la seguridad de los animales. Además, su vicepresidente, Juan Francisco Cervelló, también ha sufrido los efectos de esta «lacra», tal como la denomina.

La semana pasada y también en la zona del pipi-can situado al lado de los pisos de la Guardia Civil, su perro ingirió un producto que lo hizo vomitar durante una semana seguida. «Estuvimos muy atentos a sus síntomas, pero finalmente no fue además y se salvó», explicaba Cervelló. Asegura que desde la asociación harán todo el posible para combatir estos casos de envenenamiento, aunque reconocía que «no podemos hacer mucha cosa más que alertar y vigilar». Ahora, esperarán la investigación de los Mossos.

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