Incivismo
La Arqueológica denuncia nuevos ataques al patrimonio en forma de pintadas
En los últimos días han aparecido escritos en sillares de la muralla romana y en el acueducto de la mina del arzobispo, uno de ellos en inglés
La Reial Societat Arqueológica Tarraconense (RSAT) ha denunciado un nuevo ataque al patrimonio histórico de Tarragona, en dos espacios donde a menudo se acostumbran a hacer pintadas: sillares de la muralla romana de la plaza del Escorxador y una pared del acueducto de la mina del arzobispo. Estas acciones se venden repitiendo desde hace tiempo, unas actuaciones que, según dijo la RSAT a esta redacción, afectan de manera muy negativa a una tipología de piedra bastante frágil y erosionada por la acción de los agentes climatológicos.
Xavier Allué, miembro de la directiva de la entidad, dijo que los hechos denunciados ocurrieron la semana pasada y son una muestra más que «el vandalismo contra el patrimonio monumental de nuestra ciudad no tiene traba». En un sector de muralla de la plaza del Escorxador apareció una de las pintadas, con la particularidad que, en esta ocasión, fue escrita en inglés. «La gamberrada parece corresponder a un amante despechado que insulta, eso si en inglés, en objeto de sus intereses,» dijo Allué.
La otra de las acciones tiene vinculaciones presuntamente anarquistas. Algunas personas «han vuelto a ensuciar la pared del acueducto de la mina del arzobispo, cuando atraviesa la calle del Escultor Verderón, donde hace poco se tuvieron que limpiar anteriores pintadas, como ya comentamos en su momento», subrayó Allué.
En más del coste económico que comporta limpiar los grafitis, la Arqueológica lamenta que hechos cómo los sucedidos en los últimos días y de manera reiterada tienen un efecto muy negativo en los sillares de época romana. «Es difícil limpiar las pintadas hechas en estas piedras que, por otra parte, están castigadas por la erosión y las acciones del viento y del agua de lluvia», remarcó el miembro de la entidad. Todo tipo de acción implica un desgaste en unos sillares que forman parte de la muralla de Tarraco, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco el año 2000 en la asamblea que esta institución celebró en la ciudad australiana de Cairns.
Un sitio reincidente
La última vez que la Arqueológica denunció la presencia de grafitis en sillares de la muralla fue el pasado mes de julio. En aquella ocasión, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, lamentó los hechos y manifestó que «otra vez el incivismo de algunos ataca el patrimonio y en el mismo lugar que en otra ocasión». La actuación del autor o autores de las pintadas «es totalmente inaceptable y espero que muy pronto pillan a los autores», dijo el alcalde, quién expresó su deseo de pillar a los autores de las pintadas. «Cada vez estamos más cerca de conseguirlo», subrayó Ballesteros, a pesar de la dificultad que plantea conocer a los autores.
Se da la circunstancia que muchas de las pintadas se repiten en el mismo lugar, justo en un muro localizar en un extremo de la plaza del Escorxador, donde tiene la sede la Universidad Rovira i Virgili, y junto al paseo Torroja. La Arqueológica confía en que hechos como los sucedidos la pasada semana no vuelvan a repetirse, pero la presencia de tramos de la muralla en ámbitos abiertos a todo el mundo lo hace difícil.