La exposición de pesebres cerrará el domingo con cerca de 3.000 visitas

El próximo sábado y el domingo son los últimos días para poder visitar la colección de pesebres y dioramas que se exponen a la cripta de la iglesia de Sant Antoni de Padua, en el número 105 de la Rambla Nueva. Las doce piezas que forman parte de la muestra contienen figuras de gran calidad, aportan detalles curiosos de ver por el espectador y reproducen ambientes tan diferentes como el claustro de la Catedral de Tarragona, una iglesia románica de la Vall de Boí, un pueblo de arquitectura árabe, un templo egipcio, una cueva habitada por varios personajes o un paisaje propio de cualquier montaña como el Pirineo.

El presidente de la Asociación Pesebrista de Tarragona Josep Maria Borrut, ha mostrado su satisfacción por el hecho que, hasta ahora, han visitado la exposición más de 2.700 personas, por lo que al cierre de esta, este domingo, la cifra podría ascender a 3.000. Se podrá acceder a la muestra de 12 a 14 horas y de 17:30 a 20:30 horas. Los pesebres y dioramas «no se desmontarán hasta dentro de dos o tres semanas, por si algún grupo numeroso de personas nos piden poder contemplarlos, ya que se hacen visitas concertadas,» ha dicho Borrut.

Nico Pueyo, un joven de 18 años que el próximo año irá a Valencia a estudiar Bellas Artes, es, junto con Josep Puig, autor de uno de los pesebres de la exposición. De hecho, es el de dimensiones mayores y el primero que encuentra al visitante. Con 13 años, Pueyo se inició en el mundo de la construcción de dioramas, a una de sus aficiones artísticas. Lo que ha construido para la exposición de este año, «lo empecé a hacer el pasado más de junio y le he dedicado una hora casi cada día». Su diorama muestra un paisaje montañoso, con varios puntos de agua como una cascada que fluye entre las piedras y un río. «El primero que hice fue, precisamente, la cascada, y a partir de aquí añadí otros elementos», ha dicho, como un molino o casas. El pesebre está dedicado a los Magos de Oriente.

Un consejo a las personas que el fin de semana se acerquen a ver la exposición es que se fijen en los pequeños detalles. En uno de los pesebres se ve la figura de un niño adolescente que orina al lado de un matorral, la calidad artística de un rebaño de ovejas que hay en uno de los dioramas o balcones de madera de varias casas que constituyen pequeñas obras de arte.

Además, algunos pesebres recrean un pueblo tanto de día como de noche gracias a la aplicación de un sistema de luces.