Diari Més

Los Mossos recuperan unas 20.000 piezas arqueológicas robadas de alto interés científico

Diversos emplazamientos arqueológicos que han sufrido espolio se situan en el Camp de Tarragona

Primer pla d'algunes de les peces recuperades en l'operació.

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Los Mossos D'Esquadra han podido determinar el alcance de la actividad espoliadora de yacimientos arqueológicos de toda Cataluña que habían llevado a cabo dos hombres que detuvieron el agosto pasado. Entre los yacimientos paleontológicos y emplazamientos arqueológicos protegidos que sufrieron el espolio en este caso hay diferentes lugares del Camp de Tarragona como La Punta de la Móra, El Catllar, Masieta de Queralt, Mas d'en Ros y la Playa de los Calabecs.

La investigación se había puesto en marcha en el 2016 cuando los agentes detectaron la venta de material arqueológico falso y de objetos paleontológicos expoliados en yacimientos. En el cacheo que la policía practicó en los domicilios de los arrestados, conjuntamente con dos técnicos del Departamento de Cultura que hacían funciones de asesores, sólo les pudieron intervenir una pequeña parte del material expoliado ya que la cantidad de piezas era ingente. Por este motivo, una vez valorada la colección y su procedencia, se solicitó al mismo juzgado una nueva entrada y perquisición para recogerla en su totalidad y la intervención se produjo durante el 29 y 30 de noviembre y el 1 de diciembre, en el que se decomisaron 393 conjuntos arqueológicos con más de 20.000 piezas indiciarias.

En el traslado de las piezas participaron seis agentes de los Mossos D'Esquadra, dos arqueólogos y un paleontólogo del Departamento de Cultura, a más de dos técnicos de una empresa especializada en la manipulación de este tipo de material y dos secretarios judiciales.

Se recogieron miles de objetos, mayoritariamente vinculados a la paleontología y procedentes de yacimientos catalanes. La cantidad de material era tan importante que hicieron falta cuatro furgonetas y tres días de trabajo para poder trasladarlo a un centro con dependencia del Departamento de Cultura.

Los especialistas que participaron constataron que no habían visto nunca una cantidad de objetos expoliados de esta magnitud. Aunque ya se puede hacer una primera valoración del alcance del espolio, los técnicos tendrán que llevar a cabo un trabajo que se alargará unos meses para el estudio y valoración de las piezas, además de poder comprobar y evaluar sobre el terreno los daños causados a los yacimientos.

En este punto de la investigación se pueden ubicar gran parte de los lugares saqueados, algunos de los cuales serían yacimientos todavía no catalogados ya que no se sabía su existencia.

En el cacheo se encontró en varias estancias del domicilio numerosas estanterías metálicas, cajas de plástico, clasificadores y álbumes donde guardaban y almacenaban miles de piezas, mayoritariamente paleontológicas. Utilizaban metodología archivística donde habían hecho constar en fichas manuscritas y en bases de datos el emplazamiento original del objeto y la fecha exacta del descubrimiento y recogida.

En agosto, los investigadores también intervinieron centenares de archivos que los arrestados guardaban en varios soportes informáticos. Se trata de fotografías de los investigados en plena tarea espoliadora, además de documentación y cartografía de los yacimientos saqueados y anotaciones para llegar a los lugares|sitios a pie. Los expoliadores habían dejado marcados los puntos saqueados o pendientes de excavar en varias capturas de pantallas de mapas extraídos de aplicaciones de geolocalización.

En el transcurso de la investigación, los policías han obtenido evidencias de su actividad en 168 yacimientos arqueológicos y en 32 paleontológicos, algunos de los cuales todavía sin catalogar, hecho que en ningún caso les situaría fuera del marco de protección que la ley les confiere.

El material expoliado tiene un alto valor científico y los objetos recuperados el mes de agosto se valoraron en más de 30.000 euros. Con respecto al resto de la colección, los investigados la valoran en más de 80.000 euros. De hecho, sólo los ingresos de los siete primeros meses a partir de una sola web les habrían reportado una media de más de 1.000 euros mensuales. Al menos se conocen cuatro sitios web en Internet donde habrían vendido o subastado las piezas expoliadas.

La investigación ha determinado que los dos detenidos habrían expoliado los últimos años varios yacimientos arqueológicos y paleontológicos declarados Béns Culturales de Interés Nacional por toda Cataluña de forma sistemática e intensiva.

En este sentido, hay que destacar que su formación académica les habría permitido participar en excavaciones arqueológicas legales y oficiales a los yacimientos afectados. Este hecho lo habrían aprovechado para determinar su actividad espoliadora y conocer el material susceptible de ser sustraído en cada emplazamiento.

Los bienes expoliados proceden de yacimientos que se concentran en el Pirineo Occidental, Osona, la Garrotxa, el Ripollès, el Ampurdán y varias áreas de la demarcación de Barcelona y Tarragona.

Las comarcas más afectadas por la actividad espoliadora son el Pallars Jussà, el Alt Urgell por su afectación paleontológica con más de una docena de emplazamientos afectados. Hay otros casos en que a la afectación paleontológica se añade la arqueológica, como el caso de la comarca de la Selva con 33 yacimientos, la Garrotxa con 19, Osona con 18 y el Gironès con 10.

Los Mossos destacan que esta operación policial ha permitido recuperar un material que es de dominio público y subrayan que lo que contienen los yacimientos pertenece a la ciudadanía y representa un valor cultural incalculable, más allá del estrictamente económico. Los Mossos también resaltan que la actividad furtiva no sólo techáis estos objetos que son primordiales para poner contexto a la historia sino que los daños a los yacimientos son definitivos cuando se estropean los estratos geológicos que permiten explicar una parte importante de lo que pasó y como vivían los antepasados, es decir, los robos de las piezas compuerta una descontextualización histórica que agrava el problema.

La disposición de cada pieza dentro del yacimiento, según el nivel donde se sitúa y el conjunto de objetos permiten a los arqueólogos entender y explicar los acontecimientos que se produjeron. Esta información se pierde definitivamente con los espolios y los autores sólo sacan una mínima cantidad de dinero, se exponen a penas de prisión y perjudican la comunidad científica y la sociedad en general.

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