«Asistir a una reunión de Narcóticos Anónimos puede ser un punto de inflexión»
Del 25 al 27 de mayo Salou acogerá la convención nacional de Narcóticos Anónimos
—Qué se ofrece en esta convención nacional que celebraréis en el Hotel Costa Dorada de Salou?
— Vendrá gente de toda España y también de otros países. Se invita a personas que tengan una experiencia significativa o interesante o con un mensaje que impacte a fin de que lo expliquen a los asistentes. Son convenciones que reúnen a alrededor de cuatrocientas personas.
—Ofreceis conferencias de profesionales?
—Invitamos profesionales para que comprueben cómo la asociación es un buen recurso para la recuperación. No participan para evitar que la dinámica de la entidad no se desvirtúe. A las reuniones sólo participan adictos que se están recuperando o se han recuperado.
—puede asistir a alguien que no pertenezca a la agrupación?
—Sí, claro está, los animamos a asistir. Pero es conveniente que se inscriban. Los adictos están invitados y, además, es una buena manera de empezar por dejarlo. A menudo, asistir a una reunión resulta un punto de inflexión, se marca un punto de arranque para dejar de consumir drogas. Los asistentes son adictos en recuperación, muchos hace mucho tiempo, incluso años, que no consumen y eso puede marcar mucho.
— Cuál es el perfil más habitual actualmente del adicto?
— No hacemos ningún censo, no preguntamos y, por lo tanto, no tenemos un perfil mayoritario. Como percepción mía de haber asistido puedo digo que mayoritariamente son personas de entre 35 y 45 años y más hombres que mujeres. La mayoría tienen problemas con más de una sustancia.
—Qué drogas hacen más estragos actualmente? ¿Se incluye el alcohol?
—No hacemos distinciones, pero tampoco preguntamos qué ha consumido a cada uno. Dentro de las reuniones no mencionamos las drogas porque es contraproducente hablar sobre qué se consume y en qué cantidad. Nos centramos, sobre todo, en la recuperación. Vale a decir que, si hace muchos años no consumes, desconectas de la parte del consumo y, por lo tanto, se tiene que privar en la calle para saber qué se consume.
—Ofreceis un método para la recuperación, en que consiste?
—Ofrecemos grupos de apoyos para personas que desean recuperarse de la adicción a las drogas y también complementa el seguimiento para personas que han estado en proceso de rehabilitación en centros de tratamiento. El fundamento de Narcóticos Anónimos es que los adictos se ayudan mutuamente a recuperarse. Los miembros se reúnen regularmente para hablar de su experiencia en recuperación. Los que tienen más práctica trabajan individualmente con los más nuevos. En los que vienen por primera vez se les anima a volver a una nueva reunión. El programa de recuperación es el que creó Alcohólicos Anónimos y adoptamos lo mismo. Muy resumidamente consiste en pedir ayuda, darnos cuenta de que tenemos un problema, crear vínculos de confidencialidad, enmendar el daño causado y ayudar a las personas.
— Qué hace que un adicto haga el paso para pedir ayuda?
—No hay un motivo. Es una mezcla de todo. La presión física influye, porque te acabas encontrando mal, hay toda una serie de ámbitos que ejercen presión, la social, la familiar... Sin embargo, finalmente hay algo que se enciende dentro tuyo, como un llamamiento que hace tomes la decisión. Hay algo que sucede cuando una persona no lo tiene demasiado claro y asiste a una de las reuniones. Allí se encuentra con gente que hace más de 10 o 20 años que no consume y eso es como una bofetada, ver que se puede...
—Cuando has dejado de consumir durante mucho tiempo dejas la entidad?
—O se reduce la asistencia. Cuando la gente empieza acostumbra a ir cada día. Sin embargo, aunque lleves muchos años sin consumir, se va, porque se acaba convirtiendo en una terapia gratuita. La adición está asociada a cierto grado de sensibilidad y, por lo tanto, seguir yendo sirve como terapia. De la misma manera que las reuniones sirven también para prevenir recaídas.