«Mi recompensa es cambiar el destino de un animal que lo necesita»

Rafa Ardèvol rescata perros abandonados. No cualquier caso. Los más difíciles. Aquellos que no se dejan coger. Todas las entidades protectoras lo conocen e, incluso, particulares lo llaman cuando se encuentran con los casos complicados. No pertenece a ninguna asociación. Lo hace de manera particular y altruista.

—Cuántos perros ha rescatado?

—Unos 130 perros desde que empecé a dedicarme más seriamente, hace tres o cuatro años.

—En qué situaciones se encontraban?

—Son perros abandonados que no se dejan coger, tienen mucho miedo y desconfianza. Los perros que rescato acostumbran a tener una rutina de alimentarse y refugiarse y moverse en una zona concreta.

—De donde salen estos animales abandonados a la provincia de Tarragona?

—No lo sé. Hay muchos. Aparecen por una zona concreta y alguien de buen corazón empieza a darle comer y, a partir de aquí, el animal se queda en la zona. Mont-roig es una zona donde se encuentran muchos casos pero también al Catllar y otras zonas próximas.

—se ha tenido que meter al cabo de los perros, como piensan en estas situaciones?

—Cuando llego a un rescate intento hacerme con toda la información del comportamiento del perro. Con los datos que me dan y con lo que observo, me sirve para conocer la psicología del animal y actuar. Sin embargo hay alguna cosa más que me guía en los rescates, es la intuición.

—Usted ha tenido que adecuar los utensilios a las circunstancias, qué herramientas tiene?

—Tengo una jaula trampa que se acciona con un mando. La puerta se cierra a 70 metros de distancia, una vez entra el perro, lo acciono y se cierra. Tengo una cámara de visión nocturna con focos de infrarrojos que tiene un alcance de 200 metros. Estas herramientas me permiten alejarme de la jaula y no interferir en el comportamiento de perro, el cual, si ve personas u objetos cerca, no entra a la jaula. También tengo display, una pantalla para ver desde el coche y controlar si entra o no. También utilizo una cámara de foto trampeo que se activa cuando hay movimiento.

—Y todo se lo ha comprado Usted?

—Todo me lo he financiado yo. No formo parte de ninguna asociación ni entidad. Lo hago porque me gusta. Ayudo a las asociaciones y personas que puedo.

—Lo llaman de todas partes, también de fuera de Tarragona?

—Me llaman de Tarragona y de toda Cataluña, pero también de Córdoba, Valencia o Castellón.

—Sólo rescata perros que tengan un lugar donde ir?

—Desgraciadamente yo puedo ayudar a rescatar, pero no puedo hacerme responsable de todos, no soy ninguna entidad. Normalmente quien me pide ayuda, se tiene que hacer responsable del perro. En Tarragona, el tema de las protectoras está muy mal. No hay suficientes recursos y eso es un grave problema.

—Qué es lo que más le ha impresionado de los animales durante este tiempo?

—he visto muchos casos en los cuales los animales estaban muy mal, con sarna y enfermos, y son rechazados por algunas personas y que, una vez rescatados, se recuperan y tienen un final más digno.

—Algún rescate que lo haya marcado?

—Un caso es la Nur, una hembra de sabueso que tardé cuatro meses en rescatarla en el edificio del 112. Esta perra, que no se dejaba tocar, ahora vive conmigo. Ha cambiado. Es muy buena y afectuosa. Me duele que la gente diga que se trata de animales salvajes. Son animales que han tenido la mala suerte de ser abandonados o maltratados sin embargo, como la Nur, se pueden recuperar.

—Dedica muchas horas, por qué lo hace?

—Un día de rescate puedo dedicar más de diez horas. Mi mujer ya lo sabe. Hace poco me marché a las cuatro de la mañana y volví a las nueve de la noche. Si el perro está cerca de la jaula, no me marcho.

—Cuál es la parte más difícil de lo que hace?

—Creo que la gente tiene que entender que perder un perro es un segundo y recuperarlo son muchas horas y noches. Con estos casos hace falta precaución. Rescaté una perra y se volvió a escapar. La atropellaron y murió. Sentí mucha impotencia al ver cómo se perdía su oportunidad de cambiar su destino en un segundo.

—Qué saca eso?

—Mi única recompensa es ver que he podido cambiar la vida de un animal que lo necesita y tienen un final feliz.