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El Ayuntamiento quiere subastar a Ca l'Ardiaca «cuanto antes mejor»

Los promotores agotaron, hace ocho meses, el plazo para presentar el proyecto ejecutivo para hacer un hotel de lujo

Imatge d'arxiu de Ca l'Ardiaca, quan es va muntar una envestida per posar una lona.

El Ayuntamiento quiere subastar a Ca l'Ardiaca «cuanto antes mejor»Cristina Aguilar

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En el Ayuntamiento de Tarragona se le está acabando la paciencia y quiere poner fin a la parálisis que afecta al edificio medieval del Pla de la Seu conocido como Ca l'Ardiaca, que contiene en su interior restos arqueológicos de varias épocas y unas romanas de especial relevancia. Han pasado ocho meses desde que la promotora aragonessa Desarrollos Arbe tenía de plazo –hasta el mes de mayo del año pasado– para presentar el proyecto ejecutivo, periodo de tiempo que superó. Este hecho supuso invalidar el proyecto básico. Ante esta situación, y después de los años transcurridos desde que la promotora adquirió el inmueble, el Ayuntamiento se plantea, ahora de manera definitiva, expropiar o subastar el edificio, una facultad que le atribuye la ley, manifestó ayer en esta redacción Josep Maria Milà, concejal de Territori. Milà confirmó la información que avanzó el digital Tarragona 21.

El concejal argumentó que Desarrollos Arbe «está fuera de plazo para presentar el proyecto ejecutivo», una iniciativa que tenía como objetivo la apertura de un hotel de lujo en un edificio histórico de la Part Alta que había sido propiedad de la Iglesia. Milà explicó que el incumplimiento de las condiciones del plazo para presentar el proyecto ejecutivo y el hecho de que el inmueble esté incluido en el registro de solares sin edificar, la ley faculta en el Ayuntamiento a «expropiar o subastar», a pesar de no ser el propietario. «Lo que no haremos –dijo el concejal de Territori–, será comprar el edificio», y aseguró que «queremos acabar de una vez por todas con este tema». Es por este último motivo expresado por Milà que «la intención del Ayuntamiento es adoptar una decisión cuanto antes mejor, ya que nosotros y la Comissió Territorial de Patrimoni de la Generalitat hemos hecho todo lo que teníamos» que «hacer».

El proyecto ha chocado con varios obstáculos desde la compra del edificio, como la presencia en su interior de restos romanos que complicaban la distribución interior de las distintas dependencias del futuro hotel, y, también, aparecieron grietas en el exterior que obligaron a hacer una intervención de urgencia y a colocar una lona para minimizar, visualmente, el impacto. A estas incidencias hay que añadir otros, como un incendio, la presencia de ocupas durante un tiempo y el litigio mantenido por un agente inmobiliaria que adquirió unos bajos que Desarrollos Arbe incluyó en el proyecto constructivo del hotel.

En mayo del 2016 el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, ya alertó de que el Ayuntamiento había dado «un ultimátum» a Desarrollos Arbe y habló de varias opciones, entre las cuales estaba «la expropiación o que traspasen voluntariamente el proyecto a otra promotora», dijo.

Desde la adquisición de Ca l'Ardiaca para transformar el edificio en un hotel de lujo ha pasado más de una década. De hecho, el mes de abril del 2009 –pronto hará nueve años–, la Comissió Territorial d'Urbanisme aprobó un plan especial que hacía posible la conversión del inmueble medieval en establecimiento hostalero. Posteriormente, en el 2016 el Departament de Cultura de la Generalitat dio el visto bueno al proyecto básico, pero advertía que en caso de que los promotores quisieran aprovechar el subsuelo, habría que volver a evaluar el espacio haciendo las pertinentes excavaciones arqueológicas.

El último contacto

Según informó Milà ayer, el último contacto que el Ayuntamiento mantuvo con Desarrollos Arbe tuvo lugar hace cinco o seis meses, y, en aquella ocasión, la promotora «nos dijo que trabajaba en el proyecto». Si finalmente el Ayuntamiento opta por acudir a una subasta, la cuantía que se consiguiera iría destinada a los propietarios, pero Milà indicó que, teniendo en cuenta los precios del mercado, esta difícilmente «cubriría la inversión inicial que se hizo con la compra del edificio del Pla de la Seu». El concejal recordó que «concedí la licencia de obras, que no caduca, pero que no es lo mismo que el permiso de obras.» En teoría, Desarrollos Arbe «tendría que empezar la intervención arqueológica», una actuación muy compleja por la importancia y características de los restos que se conservan en el interior del inmueble, tanto romanas como medievales. Sólo la prospección arqueológica ya retrasaría muchos meses el inicio de las obras de adecuación del edificio a los usos propios de un hotel.

Ca l'Ardiaca, edificio construido en el siglo XII encima de estructuras romanas, fue, durante años, la rectoría de la Catedral. Los restos antiguos que se conservan, algunas calificadas de espectaculares por las personas que han visitado las entrañas de la casa, hacen que la rehabilitación necesitaría hacer obras durante un largo periodo de tiempo que podría llegar a los dos años. En los mejores de los casos, el establecimiento hotelero no podría abrir las puertas hasta la próxima década.

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